Estará operativa en el año 2024, se alimentará de energía solar e incorporará la nuclear tan sólo en una segunda fase En principio se usará para preparar misiones más lejanas
El pasado día 5 de diciembre, la NASA anunció que la decisión de volver a pisar la Luna estaba tomada. No se trata exactamente de llevar más banderas a nuestro satélite, o de pasear sobre su superficie, sino de un proyecto mucho más ambicioso: la construcción de una base lunar multinacional permanente (Base Alpha), cuya finalidad será la de servir como puesto avanzado para misiones interplanetarias de mayor alcance.Pocos detalles proporcionó entonces la Agencia Espacial estadounidense sobre el denominado programa 'Constellation': comenzará en 2009 con la prueba de nuevas naves; pondrá de nuevo a un hombre en la Luna en 2020; los astronautas trabajarán en misiones de cuatro durante rotaciones de siete días; la Base Alpha estará terminada en 2024 en algún punto cercano al Polo Sur; constará de módulos habitables alimentados por energía solar, y dispondrá de vehículos robot.«Caros como un ferrari»El pasado jueves, por fin, proporcionó nuevos detalles, aunque también con cuentagotas. Doug Cooke, oficial del denominado Equipo de Arquitectura Lunar de la NASA informó, durante una conferencia del Instituto Americano de Ciencias Aeronáuticas y Astronáuticas en Long Beach (Florida), de que los nuevos rover lunares estarán presurizados -«los astronautas podrán conducirlos en mangas de camisa»-; protegidos de las radiaciones por medio de una capa de agua en toda su estructura; su tamaño no superará en mucho al de un cochecito de golf, y tendrán una increíble autonomía de 600 millas (casi mil kilómetros). Sobre su coste, Geoff Yoder, oficial del programa lunar, ironizó: «Serán más caros que un ferrari». O sea, caros 'requetecaros'.Para su desarrollo han proporcionado una ayuda inestimable los «heróicos» rover enviados a Marte, el 'Spirit' y el 'Opportunity', que aún ruedan sobre la superficie del Planeta Rojo tres años después de su llegada, cuando se calculó su vida útil en unas semanas.En cuanto a los pequeños módulos que configurarán la base multinacional, serán simplemente complementarios, ya que la NASA pretende construir un gran módulo por etapas. En cualquier caso, la intención es que el conjunto de la base, o al menos parte de ella, sea móvil, de forma que pueda situarse sucesivamente sobre diversos puntos de la superficie lunar.AlimentaciónLa Agencia Espacial sopesa también la posibilidad de que parte de la alimentación de la base sea suministrada por energía nuclear. En sus primeros tiempos, sin embargo, se alimentará en exclusiva de energía solar. Su emplazamiento, cerca del Polo Sur, asegura que las tres cuartas partes del tiempo recibirá luz directa del Sol. La NASA confía en aprovechar la presencia de oxígeno, hidrógeno y otros elementos en el lugar elegido, aún por determinar.ColaboraciónEn el proyecto de construcción de esta base permanente colaboran la Unión Europea, Rusia y Japón, por medio de sus respectivas agencias espaciales.La instalación lunar será utilizada como laboratorio y como base avanzada para la preparación de otras misiones más allá de nuestro satélite. En cuanto a su vida útil, la agencia norteamericana no ha facilitado proyección alguna. Tampoco sobre el coste que supondrá el proyecto 'Constellation', aunque la Administración estima que el primer viaje a la Luna oscilará en torno a los 104.000 millones de dólares. Casi nada.
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