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sábado, noviembre 03, 2007
no todo está perdido en china
En chine, Le nu photographique utilisé pour la propagande de la protection de l'environnement:
Une campagne d'art photographique de cent volontaires à thème « Chérir la vie, protéger les sources d'eau », organisée par le photographe professionnel He Yuanbo, vient d'être lancée le 6 octobre à la grande Gorge de Nanjiang, du district de Kaiyang, de la province du Guizhou, en Chine du Sud Ouest.
La plupart des cent volontaires du nu photographique sont venus des provinces du Yunnan, du Guizhou, du Sichuan, du Hubei, du Jiangsu et de la Municipalité de Chongqing. Ils exercent diverses professions et certains sont des étudiants. Parmi eux, 80% sont de sexe masculin, le plus jeune a 19 ans et le plus âgé a 59 ans.
La plupart des cent volontaires du nu photographique sont venus des provinces du Yunnan, du Guizhou, du Sichuan, du Hubei, du Jiangsu et de la Municipalité de Chongqing. Ils exercent diverses professions et certains sont des étudiants. Parmi eux, 80% sont de sexe masculin, le plus jeune a 19 ans et le plus âgé a 59 ans.
viernes, noviembre 02, 2007
¿que tienen en común todas estas actrices?
miércoles, octubre 31, 2007
despertadores muy explosivos en forma de granada
Juliette Binoche posó desnuda para la revista "Playboy"
.- La actriz francesa Juliette Binoche aparece desnuda en la edición gala de la revista "Playboy", que llegó hoy a los kioscos con una nueva fórmula.La intérprete parisina, de 43 años, aparece en páginas interiores desnuda y bailando, fotografiada por Marianne Rosenstiehl, en un amplio reportaje que ilustra una entrevista.La ganadora del Oscar por “El paciente inglés” asegura que tomó la decisión de hacer el reportaje convencida por el joven equipo de la revista, que “quiere cambiar 'Playboy’ como se quiere cambiar el mundo, hablando de los cuerpos de forma diferente, devolviéndoles el alma".La entrevista está firmada por Antoine de Baecque, antiguo redactor jefe de la revista especializada “Cahiers du Cinéma” y del diario "Libération"."Son fotos de desnudos artísticos que ilustran una entrevista sobre el cuerpo, la mística del cuerpo y una reflexión más global sobre la imagen de la mujer transmitida por los medios de comunicación y la publicidad", explica el redactor jefe de la revista, Yan Ceh.
domingo, octubre 28, 2007
macacos maquiavélicos
Después de los humanos, los macacos rhesus son una de las especies de primates que más éxitos ha conquistado. ¿La clave? Ellos también tienen una inteligencia maquiavélica. Es lo que asegura el experto en primates Dario Maestripieri en su libro Macachiavelliam Intelligence (Inteligencia macaquiavélica, en castellano). Sus observaciones son el resultado de más de dos décadas de estudio intenso del comportamiento de estos animales en varios puntos de Europa, Atlanta y en Puerto Rico. Los macacos viven en sociedades muy complejas, con jerarquías dominantes y vínculos duraderos entre las hembras emparentadas. Los individuos constantemente compiten por alcanzar un estatus social más alto y el “poder” que éste les proporciona. Para conseguirlo recurren a la agresividad y al nepotismo, y establecen complejas alianzas políticas. El sexo también puede utilizarse con fines políticos. En definitiva, un comportamiento demasiado parecido al que proponía el astuto Maquiavelo, que aseguraba que el príncipe o el gobernante tiene como misión la felicidad de sus súbditos, y que para conseguir un Estado fuerte deberá combinar la diplomacia con la coacción y la violencia, utilizando si es necesario a la astucia y el engaño. Maestripieri ha observado también que en las sociedades de macacos, los machos dominantes recurren a la violencia y las amenazas para conseguir los lugares de descanso más seguros, la mejor comida y sexo cuando quieren. Los miembros más débiles del grupo son marginados y forzados a vivir en las zonas externas de la comunidad, donde son vulnerables a los ataques de los depredadores. Deben esperar a que otros coman primero y sólo tienen acceso a las sobras. “El estatus social puede marcar también la diferencia entre la vida y la muerte en humanos”, subraya el investigador, y pone como ejemplo el Huracán Katrina y sus graves consecuencias para los miembros más pobres de la sociedad. En cuanto a las hembras, se aseguran de mantener relaciones sexuales con el “cabecilla”, para aumentar las posibilidades de que protejan a sus bebés cuando nazcan. “Pero mientras le hacen creer que será el padre, las hembras también se aparean con otros machos del grupo a sus espaldas”, explica Maestripieri. Los macacos tienen, incluso, intensas luchas de poder que pueden terminar en revolución cuando los miembros de la familia dominante son atacados repentinamente por sus subordinados. “Lo que los macacos y los humanos tienen en común es que muchas de sus tendencias psicológicas y de comportamiento han tomado forma en intensa competencia entre individuos y grupos durante la historia evolutiva”, escribe el investigador. Y sugiere que la “presión para encontrar soluciones maquiavélicas a problemas sociales” podría explicar por qué nuestro cerebro ha evolucionado hasta alcanzar su actual tamaño.
algunos besos de los muchos que puede haber
1. El beso tornillo (también conocido como morreo). Típico-tópico de la edad adolescente. La única consigna para practicarlo es ‘no hay reglas, experimenta’. Las peores consecuencias se obtienen cuando se practica en una taberna de mala muerte sin cepillo ni palillos a mano, porque puedes rescatar los pedazos de carne que se le han quedado entre los dientes a tu churri. But don’t forget, ¡el amor también es compartir!
2. El beso aspirador. La técnica es la misma que la del tornillo (tongue to tongue) con la particularidad de que inspiras mientras lo besas. Suelen practicarlo hombres y mujeres en situaciones de gran ansiedad o excitación, o ese tipo de amantes que lo exageran todo y están abonados a los suspiros de pasión, do you fnow what I mean? Nota: los asmáticos no lo deberán practicar en ningún caso como sucedáneo del respirador.
3. El beso burgués. Es el más soso posible, ese que se dan las parejas que superaron el cuarto año de convivencia bajo el mismo techo. Se caracteriza por su exquisita puntualidad, porque se echa mano de él: A/ antes de que el consorte salga al trabajo y B/ una vez que el consorte vuelve del trabajo.
4. El beso abordaje. Sólo al alcance de gente pasional a la que no le importa que se pase el arroz. El mejor lugar para practicarlo es la cocina, mientras el otro está pelando cebolla, patatas o whatever. Su nombre se debe a que el ataque se realiza a traición y por detrás. El blanco perfecto: el lóbulo de la oreja, el cuello o la nuca.
5. El beso ‘cuenta conmigo’. Su función, más que sexual, es psicológica y equivale a decir: “Dont’t worry, you are not alone”. ¿Dónde se planta este ósculo? En la frente, tipo parternal, mejor si además rodeas al otro con el brazo o le das unas friegas en la espalda, dando ánimos.
6. El beso carnívoro. Es una variación del beso tornillo. Paso 1: acerca tu boca a la suya. Paso 2: muérdele el labio inferior. Paso 3: apechúgalo contra ti y pasa al morreo. Hay algunos que no usan la mordida como íncipit sino como colofón, pa’ cerrar el beso. Y, por supuesto, cuando lo hacen bien es inevitable ir a por otro. Así que ¡nunca terminas! Advertencia: Provoca adicción.
7. El beso años 30. Consiste en cerrar la boca, apretar los morros y mover la cabeza a derecha e izquierda, como las estrellas del cine en blanco y negro. Es uno de los más divertidos que existen. De hecho, era uno de los pasatiempos favoritos que teníamos mi hermana y yo de pequeñas.
8. El beso guarreo. Más que ser un beso es un lengüetazo de vaca. Consiste en pasar tu lengua por los labios del otro y funciona muy bien en pleno acto sexual. Por cierto: no es necesario compenetrarse con el otro y se caracteriza por una fuerte carga animal. Mejor cuanto más irracional sea. Nota: esta práctica está totalmente desaconsejada cuando no hay confianza con la otra persona porque el besador puede quedar como un desequilibrado total.
9. El beso mariposa. Para algunos, la mayor gilipollez que jamás se haya inventado. Se aplica pasando la pestaña de un@ por la mejilla del otro. Se supone que hace cosquillas. Esa es toda su gracia.
10. Y, por supuesto, el beso esquimal. Que como no lo he probado, no puedo decirte cómo es [aunque gracias a ‘David el Gnomo’ siempre lo asociaré a una puerta que chirría].
2. El beso aspirador. La técnica es la misma que la del tornillo (tongue to tongue) con la particularidad de que inspiras mientras lo besas. Suelen practicarlo hombres y mujeres en situaciones de gran ansiedad o excitación, o ese tipo de amantes que lo exageran todo y están abonados a los suspiros de pasión, do you fnow what I mean? Nota: los asmáticos no lo deberán practicar en ningún caso como sucedáneo del respirador.
3. El beso burgués. Es el más soso posible, ese que se dan las parejas que superaron el cuarto año de convivencia bajo el mismo techo. Se caracteriza por su exquisita puntualidad, porque se echa mano de él: A/ antes de que el consorte salga al trabajo y B/ una vez que el consorte vuelve del trabajo.
4. El beso abordaje. Sólo al alcance de gente pasional a la que no le importa que se pase el arroz. El mejor lugar para practicarlo es la cocina, mientras el otro está pelando cebolla, patatas o whatever. Su nombre se debe a que el ataque se realiza a traición y por detrás. El blanco perfecto: el lóbulo de la oreja, el cuello o la nuca.
5. El beso ‘cuenta conmigo’. Su función, más que sexual, es psicológica y equivale a decir: “Dont’t worry, you are not alone”. ¿Dónde se planta este ósculo? En la frente, tipo parternal, mejor si además rodeas al otro con el brazo o le das unas friegas en la espalda, dando ánimos.
6. El beso carnívoro. Es una variación del beso tornillo. Paso 1: acerca tu boca a la suya. Paso 2: muérdele el labio inferior. Paso 3: apechúgalo contra ti y pasa al morreo. Hay algunos que no usan la mordida como íncipit sino como colofón, pa’ cerrar el beso. Y, por supuesto, cuando lo hacen bien es inevitable ir a por otro. Así que ¡nunca terminas! Advertencia: Provoca adicción.
7. El beso años 30. Consiste en cerrar la boca, apretar los morros y mover la cabeza a derecha e izquierda, como las estrellas del cine en blanco y negro. Es uno de los más divertidos que existen. De hecho, era uno de los pasatiempos favoritos que teníamos mi hermana y yo de pequeñas.
8. El beso guarreo. Más que ser un beso es un lengüetazo de vaca. Consiste en pasar tu lengua por los labios del otro y funciona muy bien en pleno acto sexual. Por cierto: no es necesario compenetrarse con el otro y se caracteriza por una fuerte carga animal. Mejor cuanto más irracional sea. Nota: esta práctica está totalmente desaconsejada cuando no hay confianza con la otra persona porque el besador puede quedar como un desequilibrado total.
9. El beso mariposa. Para algunos, la mayor gilipollez que jamás se haya inventado. Se aplica pasando la pestaña de un@ por la mejilla del otro. Se supone que hace cosquillas. Esa es toda su gracia.
10. Y, por supuesto, el beso esquimal. Que como no lo he probado, no puedo decirte cómo es [aunque gracias a ‘David el Gnomo’ siempre lo asociaré a una puerta que chirría].
Elias Howe
Elias Howe luchaba por deshacerse de sus ataduras mientras el agua de la olla comenzaba a hervir. Cuando uno está a punto de ser devorado por una tribu caníbal, no es fácil reparar en los detalles, sin embargo, había algo extraño en aquellas lanzas… El inventor estadounidense despertó sudoroso, las imágenes de la pesadilla se desvanecían en la penumbra de la habitación. Aliviado, trató de fijar en su memoria la forma de las lanzas amenazantes… ¿Era esa la respuesta que estaba buscando?
Al día siguiente, de vuelta en el taller, pudo confirmarlo: “¡Un agujero en la punta! Eso es ¡La aguja debe tener un agujero en la punta, como las lanzas de mi sueño!”. Howe acababa de dar con la clave para hacer funcionar la primera máquina de coser. Un invento ansiado y temido a partes iguales por su impacto drástico en la mano de obra dedicada a la costura. No en vano en 1830, quince años antes de la afortunada pesadilla, otro prototipo, el del francés Thimonnier, había sido boicoteado por un motín de costureras furiosas. Su inventor logró huir y murió poco después en la bancarrota.
El fracaso de Thimonnier no disuadió a otros inventores, entre ellos, Walter Hunt, prolífico ingeniero que ideó el imperdible y el rifle de repetición. Pero ninguno había caído en la cuenta de que, para funcionar, las agujas de una máquina debían tener el ojo en la punta, y no en la base como las de costura manual. Así se viene haciendo desde la patente de Howe hasta nuestros días. Respecto a su fortuna, las cosas no le fueron tan bien como se podría pensar, consumió su vida en pleitos con otros inventores más astutos o mejor asesorados, como Isaac Singer, quien se llevó la mayor parte de la fama y la fortuna.
La llamada Guerra de las Máquinas de Coser recibió gran cobertura de los diarios de la época, con seguimientos periódicos del litigio y anuncios en donde los defensores de cada patente se descalificaban mutuamente. Tras muchos desvelos, Howe logró cobrar cinco dólares por cada máquina vendida en EEUU, aunque no tuvo mucho tiempo para disfrutar de esta victoria tardía, murió en 1867, el mismo año que su patente expiraba. Seguramente tampoco llegó a imaginar el impacto que tendría su invento en la industria y los hogares del siglo XX.
Quizá le hubiera consolado saber que la película de Richard Lester Help, protagonizada por los Beatles en 1965, termina con este enigmático homenaje: “Respetuosamente dedicada a Elias Howe, quien en 1846 inventó la máquina de coser”.
Al día siguiente, de vuelta en el taller, pudo confirmarlo: “¡Un agujero en la punta! Eso es ¡La aguja debe tener un agujero en la punta, como las lanzas de mi sueño!”. Howe acababa de dar con la clave para hacer funcionar la primera máquina de coser. Un invento ansiado y temido a partes iguales por su impacto drástico en la mano de obra dedicada a la costura. No en vano en 1830, quince años antes de la afortunada pesadilla, otro prototipo, el del francés Thimonnier, había sido boicoteado por un motín de costureras furiosas. Su inventor logró huir y murió poco después en la bancarrota.
El fracaso de Thimonnier no disuadió a otros inventores, entre ellos, Walter Hunt, prolífico ingeniero que ideó el imperdible y el rifle de repetición. Pero ninguno había caído en la cuenta de que, para funcionar, las agujas de una máquina debían tener el ojo en la punta, y no en la base como las de costura manual. Así se viene haciendo desde la patente de Howe hasta nuestros días. Respecto a su fortuna, las cosas no le fueron tan bien como se podría pensar, consumió su vida en pleitos con otros inventores más astutos o mejor asesorados, como Isaac Singer, quien se llevó la mayor parte de la fama y la fortuna.
La llamada Guerra de las Máquinas de Coser recibió gran cobertura de los diarios de la época, con seguimientos periódicos del litigio y anuncios en donde los defensores de cada patente se descalificaban mutuamente. Tras muchos desvelos, Howe logró cobrar cinco dólares por cada máquina vendida en EEUU, aunque no tuvo mucho tiempo para disfrutar de esta victoria tardía, murió en 1867, el mismo año que su patente expiraba. Seguramente tampoco llegó a imaginar el impacto que tendría su invento en la industria y los hogares del siglo XX.
Quizá le hubiera consolado saber que la película de Richard Lester Help, protagonizada por los Beatles en 1965, termina con este enigmático homenaje: “Respetuosamente dedicada a Elias Howe, quien en 1846 inventó la máquina de coser”.
Polémico cambio horario
Como cada otoño, en la madrugada del último domingo de octubre retrasamos los relojes: la hora oficial se acerca a la solar, aunque en España nunca llegan a coincidir y el reloj siempre corre por delante. Como cada otoño, llegan nuevos estudios científicos alertando de que a nuestro reloj interno le cuesta ajustarse a este cambio horario, que practica un cuarto de la población mundial. Y como cada otoño, se repite el debate sobre si conviene aplicar una medida que puede alterar el ritmo de sueño de algunas personas para lograr un ahorro energético, que en España se calcula del 5% en el consumo doméstico de electricidad (unos seis euros por hogar), según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Hoy, a las tres de la madrugada hay que retrasar el reloj una hora.
Atrapados en el tiempo, cada año recordamos que el horario de verano es una consecuencia de la crisis mundial del petróleo de los años setenta. Pero eso no es cierto. El cambio de hora se propuso por primera vez hace 100 años y se instauró durante la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, esta medida de ahorro ha vivido muchos ajustes, se ha abandonado y se ha vuelto a recuperar, en una entretenida y por momentos disparatada historia que narra David Prerau en su libro Saving the Daylight.
Prerau participó en el principal informe sobre los efectos del horario de verano, elaborado en 1975 por el Departamento de Transportes de EEUU, y entonces comenzó a investigar la evolución de una idea tan racional como polémica. Sus orígenes se remontan al finales del siglo XVIII, cuando Benjamin Franklin era embajador de EEUU en Francia y se escandalizó por las horas de luz que derrochaban los parisinos durante el verano al levantarse a la misma hora que en invierno.
En una carta anónima al periódico francés Le Journal, Franklin propuso que el gobierno tomara medidas como establecer un impuesto para las contraventanas, racionar las velas, parar el tráfico al anochecer y levantar a los perezosos haciendo sonar al amanecer las campanas de las iglesias y, si era necesario, disparando cañones en cada calle. Dejando a un lado el tono satírico de la carta, el plan del político, científico e inventor estadounidense encajaba con su famoso aforismo: “Acostarse y levantarse temprano hacen al hombre sabio, rico y sano”.
La idea quedó ahí, madurando, hasta que la recuperó el constructor inglés William Willett durante sus veraniegos paseos a caballo al amanecer, mientras sus vecinos aún dormían. Desistiendo de intentar hacerles levantar más temprano, se le ocurrió adelantar los relojes para que todos pudieran aprovechar mejor la luz solar. Y así, de paso, a él no se le hacía de noche tan pronto durante sus partidos de golf. Willer, cuyas construcciones estaban diseñadas para aprovechar la iluminación natural, se pasó dos años dándole forma a una propuesta que presentó en julio de 1907. Pagó de su bolsillo la edición de un panfleto, El desperdicio de la luz del día, con el que empezó una intensa campaña en todo el Reino Unido.
Ahorro de 150 millones
La primera propuesta del horario de verano calculaba un ahorro anual equivalente a unos 150 millones de euros de hoy en día, prometía menos humos contaminantes y una vida más saludable, con más ocio al aire libre. Contaba con el apoyo del rey Eduardo VII, del escritor Arthur Conan Doyle (creador de Sherlock Holmes) y de un joven y prometedor político llamado Winston Churchill, que defendió el proyecto en parlamento con un elocuente discurso: “Un bostezo extra en primavera y una cabezadita extra en otoño, es todo lo que pedimos. Tomamos prestada una hora de una noche de abril y la devolvemos cinco meses después con un interés de oro”.
Pero la revolucionaria idea se quedó estancada en el Parlamento, ante la fuerte oposición de las principales empresas y líneas de transportes. También los científicos, orgullosos de haber establecido recientemente un sistema de zonas horarias, usaron la revista Nature como plataforma para frenar una iniciativa que introducía molestas irregularidades en su nuevo orden mundial. Después de años de debates y enmiendas, William Willett murió en 1915 sin ver aplicada su idea.
La Primera Guerra Mundial resucitó el horario de verano y, mientras los británicos seguían envueltos en ponencias, réplicas y contrarréplicas, los alemanes pasaron a la acción: el kaiser Guillermo II decretó el cambio de hora en abril de 1916 como medida de emergencia para ahorrar combustibles durante la guerra. El Reino Unido reaccionó inmediatamente y también Francia, Italia, Portugal y otros países adelantaron sus relojes durante ese verano y los siguientes. España se sumó al horario de verano por primera vez en 1917 y lo mantuvo hasta la II República, que lo abolió junto con la monarquía.
Aunque varias decenas de países mantuvieron desde entonces el cambio de hora estacional, la medida se relajaba en tiempos de paz y se endurecía en tiempos de guerra. En los años cincuenta y sesenta el horario de verano perdió popularidad. En España se abandonó y en EEUU era un completo caos, debido a que hasta 1966 su aplicación era competencia municipal. Cada ayuntamiento escogía si lo aplicaba y entre qué fechas. La diferencia horaria entre las grandes ciudades oscilaba durante varias semanas al año, causando pérdidas a la industria. Está registrado el caso de una línea de autobús en la que el conductor tenía que cambiar de hora siete veces en menos de 60 kilómetros.
Subida del petróleo
Con la fuerte subida del precio del petróleo en 1973, el horario de verano volvió para quedarse, hasta ahora, en setenta países de los cinco continentes. En EEUU, el presidente Richard Nixon se dirigió a su país con el mensaje claro de apretarse el cinturón y estableció el horario de verano durante todo el año, a modo de prueba, desde enero de 1974 hasta octubre de 1975. La prueba salió regular. Independientemente del ahorro de combustible, en invierno el sol amanecía bastante más tarde que los ciudadanos, que entraban en el colegio y el trabajo cuando aún era noche cerrada.
El horario de verano desde entonces no se aplicó durante todo el año. Llega un momento en que aporta más inconvenientes que ventajas en la vida cotidiana y, por eso, cada otoño se regresa a la hora estándar. La cuestión está en decidir cuándo es el momento ideal para cambiar. Ante el actual encarecimiento del petróleo, en 2007 EEUU ha comenzado a aumentar en un mes el horario de verano, y por eso esta noche no hará el cambio con Europa.
Demanda de electricidad
Es un momento para revisar el ahorro energético que se consigue, y los primeros resultados no son muy positivos: se consume menos electricidad pero se usa más el coche. Durante las tres semanas de verano añadidas el pasado marzo, la demanda de electricidad bajó un 0,4% pero la demanda de gasolina subió un 2,8% con respecto al año anterior. “Los efectos son complejos y difíciles de aislar. En muchos casos el horario estival produce dos impactos pequeños y contrapuestos”, afirma Prerau, con la experiencia de tres informes sobre esta cuestión al Congreso de EEUU.
Por un lado, en verano se ahorra en iluminación por las tardes, pero también se necesita más luz artificial por las mañanas. Y el tiempo de día adicional anima a salir y, en muchos casos, a usar medios de transporte. Teniendo en cuenta las alteraciones en el gasto en aire acondicionado y calefacción, y los efectos del tiempo y el estado de la economía, es muy difícil decir que hay un ahorro global de energía.“El potencial de ahorro no es siempre realizable. Pensemos, por ejemplo, en el caso frecuente de oficinas que tienen su sistema de iluminación encendido cuando en el exterior hay un día soleado”, advierte Pedro A. Prieto, jefe del departamento de Doméstico y Edificios del IDAE.
Según el IDAE, en la adopción de un huso horario u otro y de la hora de verano debe considerarse no sólo el ahorro energético, sino su impacto en otros sectores: el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo ylos modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Lo mismo se puede aplicar a los efectos sobre la salud. El tener más horas de luz solar produce más vitamina D y, en general, es beneficioso para el cuerpo y mente humanos. Da más oportunidades para hacer ejercicio al aire libre, pero también para contraer cáncer de piel. Y el cambio horario en sí es un mini jet-lag, que puede trastornar el sueño y despistar a algunos conductores, aumentando el riesgo de accidentes de tráfico.
Kazajistán abolió el horario de verano en 2005, apoyándose en estos inconvenientes. Y es que cualquier argumento puede tener su lógica por separado, pero ningún estudio los ha evaluado todos juntos. Cien años después, la ciencia no puede decir si el horario de verano es bueno o malo.
Antología del disparate del cambio horario
Desde que comenzó a aplicarse hace un siglo, el horario de verano ha sido fuente de numerosas anécdotas, confusiones, incidentes y bromas. En EEUU, los trenes de la compañía Amtrack tienen prohibido salir de una estación antes de la hora señalada, así que aquellos trenes en marcha en el momento del cambio horario de otoño se detienen a las 2 AM y esperan una hora antes de reanudar el viaje. En Francia, el 3 de octubre de 1925, el expreso Paris-Estrasburgo hizo lo mismo, pero en sentido contrario viajaba un tren todavía en horario de verano (con una hora de adelanto). El violento choque dejó dos maquinistas muertos.
El 5 de septiembre de 1999, los palestinos de Cisjordania estaban en horario de verano mientras en Israel ya habían cambiado la hora. Un comando cisjordano logró pasar las bombas a sus compañeros en territorio israelí, que planeaban volar dos autobuses llenos a las 18:30. Pero los artefactos les explotaron justo una hora antes, con el resultado de tres terroristas muertos.
Y además, si esta noche un bebé naciese a las 2:55 y su hermano gemelo 10 minutos más tarde, éste quedaría registrado como el hermano mayor.
Una larga relación con el Sol
En las civilizaciones antiguas tenían otra manera de adaptarse a los ciclos del Sol a lo largo del año: los egipcios dividían el tiempo de luz solar de cada día en doce horas iguales, de modo que las horas diurnas eran más largas en verano. Oscilaban entre las horas de 69 minutos en torno al solsticio de verano y las de 51 minutos en el solsticio de invierno.
Como España tiene la zona horaria cambiada (los relojes marcan la hora de Europa central), en invierno se aplica horario de verano y en verano, una hora extra más. En Galicia, que está en el mismo huso horario que Canarias y Portugal, en verano el reloj se adelanta dos horas y media por delante del Sol.
Este año circuló por Internet el bulo de que el adelanto del horario de verano en EEUU provocó que el mes de marzo de 2007 fuera el más caluroso del último siglo. “Añadir una hora más de luz solar es quizás una estratagema liberal para hacernos creer que el calentamiento global es una amenaza real”, sugería una carta publicada en un diario de Arkansas. Un argumento que no se sostiene bajo ningún argumento científico.
Atrapados en el tiempo, cada año recordamos que el horario de verano es una consecuencia de la crisis mundial del petróleo de los años setenta. Pero eso no es cierto. El cambio de hora se propuso por primera vez hace 100 años y se instauró durante la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, esta medida de ahorro ha vivido muchos ajustes, se ha abandonado y se ha vuelto a recuperar, en una entretenida y por momentos disparatada historia que narra David Prerau en su libro Saving the Daylight.
Prerau participó en el principal informe sobre los efectos del horario de verano, elaborado en 1975 por el Departamento de Transportes de EEUU, y entonces comenzó a investigar la evolución de una idea tan racional como polémica. Sus orígenes se remontan al finales del siglo XVIII, cuando Benjamin Franklin era embajador de EEUU en Francia y se escandalizó por las horas de luz que derrochaban los parisinos durante el verano al levantarse a la misma hora que en invierno.
En una carta anónima al periódico francés Le Journal, Franklin propuso que el gobierno tomara medidas como establecer un impuesto para las contraventanas, racionar las velas, parar el tráfico al anochecer y levantar a los perezosos haciendo sonar al amanecer las campanas de las iglesias y, si era necesario, disparando cañones en cada calle. Dejando a un lado el tono satírico de la carta, el plan del político, científico e inventor estadounidense encajaba con su famoso aforismo: “Acostarse y levantarse temprano hacen al hombre sabio, rico y sano”.
La idea quedó ahí, madurando, hasta que la recuperó el constructor inglés William Willett durante sus veraniegos paseos a caballo al amanecer, mientras sus vecinos aún dormían. Desistiendo de intentar hacerles levantar más temprano, se le ocurrió adelantar los relojes para que todos pudieran aprovechar mejor la luz solar. Y así, de paso, a él no se le hacía de noche tan pronto durante sus partidos de golf. Willer, cuyas construcciones estaban diseñadas para aprovechar la iluminación natural, se pasó dos años dándole forma a una propuesta que presentó en julio de 1907. Pagó de su bolsillo la edición de un panfleto, El desperdicio de la luz del día, con el que empezó una intensa campaña en todo el Reino Unido.
Ahorro de 150 millones
La primera propuesta del horario de verano calculaba un ahorro anual equivalente a unos 150 millones de euros de hoy en día, prometía menos humos contaminantes y una vida más saludable, con más ocio al aire libre. Contaba con el apoyo del rey Eduardo VII, del escritor Arthur Conan Doyle (creador de Sherlock Holmes) y de un joven y prometedor político llamado Winston Churchill, que defendió el proyecto en parlamento con un elocuente discurso: “Un bostezo extra en primavera y una cabezadita extra en otoño, es todo lo que pedimos. Tomamos prestada una hora de una noche de abril y la devolvemos cinco meses después con un interés de oro”.
Pero la revolucionaria idea se quedó estancada en el Parlamento, ante la fuerte oposición de las principales empresas y líneas de transportes. También los científicos, orgullosos de haber establecido recientemente un sistema de zonas horarias, usaron la revista Nature como plataforma para frenar una iniciativa que introducía molestas irregularidades en su nuevo orden mundial. Después de años de debates y enmiendas, William Willett murió en 1915 sin ver aplicada su idea.
La Primera Guerra Mundial resucitó el horario de verano y, mientras los británicos seguían envueltos en ponencias, réplicas y contrarréplicas, los alemanes pasaron a la acción: el kaiser Guillermo II decretó el cambio de hora en abril de 1916 como medida de emergencia para ahorrar combustibles durante la guerra. El Reino Unido reaccionó inmediatamente y también Francia, Italia, Portugal y otros países adelantaron sus relojes durante ese verano y los siguientes. España se sumó al horario de verano por primera vez en 1917 y lo mantuvo hasta la II República, que lo abolió junto con la monarquía.
Aunque varias decenas de países mantuvieron desde entonces el cambio de hora estacional, la medida se relajaba en tiempos de paz y se endurecía en tiempos de guerra. En los años cincuenta y sesenta el horario de verano perdió popularidad. En España se abandonó y en EEUU era un completo caos, debido a que hasta 1966 su aplicación era competencia municipal. Cada ayuntamiento escogía si lo aplicaba y entre qué fechas. La diferencia horaria entre las grandes ciudades oscilaba durante varias semanas al año, causando pérdidas a la industria. Está registrado el caso de una línea de autobús en la que el conductor tenía que cambiar de hora siete veces en menos de 60 kilómetros.
Subida del petróleo
Con la fuerte subida del precio del petróleo en 1973, el horario de verano volvió para quedarse, hasta ahora, en setenta países de los cinco continentes. En EEUU, el presidente Richard Nixon se dirigió a su país con el mensaje claro de apretarse el cinturón y estableció el horario de verano durante todo el año, a modo de prueba, desde enero de 1974 hasta octubre de 1975. La prueba salió regular. Independientemente del ahorro de combustible, en invierno el sol amanecía bastante más tarde que los ciudadanos, que entraban en el colegio y el trabajo cuando aún era noche cerrada.
El horario de verano desde entonces no se aplicó durante todo el año. Llega un momento en que aporta más inconvenientes que ventajas en la vida cotidiana y, por eso, cada otoño se regresa a la hora estándar. La cuestión está en decidir cuándo es el momento ideal para cambiar. Ante el actual encarecimiento del petróleo, en 2007 EEUU ha comenzado a aumentar en un mes el horario de verano, y por eso esta noche no hará el cambio con Europa.
Demanda de electricidad
Es un momento para revisar el ahorro energético que se consigue, y los primeros resultados no son muy positivos: se consume menos electricidad pero se usa más el coche. Durante las tres semanas de verano añadidas el pasado marzo, la demanda de electricidad bajó un 0,4% pero la demanda de gasolina subió un 2,8% con respecto al año anterior. “Los efectos son complejos y difíciles de aislar. En muchos casos el horario estival produce dos impactos pequeños y contrapuestos”, afirma Prerau, con la experiencia de tres informes sobre esta cuestión al Congreso de EEUU.
Por un lado, en verano se ahorra en iluminación por las tardes, pero también se necesita más luz artificial por las mañanas. Y el tiempo de día adicional anima a salir y, en muchos casos, a usar medios de transporte. Teniendo en cuenta las alteraciones en el gasto en aire acondicionado y calefacción, y los efectos del tiempo y el estado de la economía, es muy difícil decir que hay un ahorro global de energía.“El potencial de ahorro no es siempre realizable. Pensemos, por ejemplo, en el caso frecuente de oficinas que tienen su sistema de iluminación encendido cuando en el exterior hay un día soleado”, advierte Pedro A. Prieto, jefe del departamento de Doméstico y Edificios del IDAE.
Según el IDAE, en la adopción de un huso horario u otro y de la hora de verano debe considerarse no sólo el ahorro energético, sino su impacto en otros sectores: el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo ylos modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Lo mismo se puede aplicar a los efectos sobre la salud. El tener más horas de luz solar produce más vitamina D y, en general, es beneficioso para el cuerpo y mente humanos. Da más oportunidades para hacer ejercicio al aire libre, pero también para contraer cáncer de piel. Y el cambio horario en sí es un mini jet-lag, que puede trastornar el sueño y despistar a algunos conductores, aumentando el riesgo de accidentes de tráfico.
Kazajistán abolió el horario de verano en 2005, apoyándose en estos inconvenientes. Y es que cualquier argumento puede tener su lógica por separado, pero ningún estudio los ha evaluado todos juntos. Cien años después, la ciencia no puede decir si el horario de verano es bueno o malo.
Antología del disparate del cambio horario
Desde que comenzó a aplicarse hace un siglo, el horario de verano ha sido fuente de numerosas anécdotas, confusiones, incidentes y bromas. En EEUU, los trenes de la compañía Amtrack tienen prohibido salir de una estación antes de la hora señalada, así que aquellos trenes en marcha en el momento del cambio horario de otoño se detienen a las 2 AM y esperan una hora antes de reanudar el viaje. En Francia, el 3 de octubre de 1925, el expreso Paris-Estrasburgo hizo lo mismo, pero en sentido contrario viajaba un tren todavía en horario de verano (con una hora de adelanto). El violento choque dejó dos maquinistas muertos.
El 5 de septiembre de 1999, los palestinos de Cisjordania estaban en horario de verano mientras en Israel ya habían cambiado la hora. Un comando cisjordano logró pasar las bombas a sus compañeros en territorio israelí, que planeaban volar dos autobuses llenos a las 18:30. Pero los artefactos les explotaron justo una hora antes, con el resultado de tres terroristas muertos.
Y además, si esta noche un bebé naciese a las 2:55 y su hermano gemelo 10 minutos más tarde, éste quedaría registrado como el hermano mayor.
Una larga relación con el Sol
En las civilizaciones antiguas tenían otra manera de adaptarse a los ciclos del Sol a lo largo del año: los egipcios dividían el tiempo de luz solar de cada día en doce horas iguales, de modo que las horas diurnas eran más largas en verano. Oscilaban entre las horas de 69 minutos en torno al solsticio de verano y las de 51 minutos en el solsticio de invierno.
Como España tiene la zona horaria cambiada (los relojes marcan la hora de Europa central), en invierno se aplica horario de verano y en verano, una hora extra más. En Galicia, que está en el mismo huso horario que Canarias y Portugal, en verano el reloj se adelanta dos horas y media por delante del Sol.
Este año circuló por Internet el bulo de que el adelanto del horario de verano en EEUU provocó que el mes de marzo de 2007 fuera el más caluroso del último siglo. “Añadir una hora más de luz solar es quizás una estratagema liberal para hacernos creer que el calentamiento global es una amenaza real”, sugería una carta publicada en un diario de Arkansas. Un argumento que no se sostiene bajo ningún argumento científico.
Un beduino deberá pagar 46 camellos por piropear a una mujer de otra tribu
El tribunal quería rebanarle la lengua como pena por su conducta.
Se le acusa de molestar a la mujer durante sus horas de trabajo.
Para piropear el beduino hubiera necesitado una cita previa.
Aunque los egipcios no destacan por su recato a la hora de piropear a las mujeres, las tribus beduinas son menos tolerantes y condenaron a un hombre a cortarle la lengua, aunque al final le conmutaron la pena a cambio de 46 camellos. Reunidos en un campamento en el sur de la península del Sinaí, donde rigen leyes especiales impuestas por los propios beduinos, los miembros de un tribunal ordenaron rebanar la lengua a un hombre de un clan que dijo "buenas palabras" a una mujer de otra tribu, según informa hoy el diario oficialista Ajbar al Yom. El acusado lanzó sus requiebros a la mujer, que en ese momento cuidaba del ganado, desde un coche en marcha, por lo que también deberá deshacerse de su vehículo, según la pena impuesta.
Cortar la lengua
Además, deberá pagar cuarenta camellos o el equivalente a su valor, calculado en 80.000 libras egipcias (más de 10.000 euros).
Uno de estos animales debe ser "original"Según la sentencia original, al infortunado galán también se le iba a amputar la lengua, pero tras tres horas de arduas negociaciones entre el tribunal, los abogados y las familias, se decidió conmutarle la pena a cambio de otros seis camellos más. Eso sí, uno de estos animales debe ser "original", es decir, de una raza muy valorada por los árabes por su superior velocidad. Sin cita previa
Entre las acusaciones que ha afrontado el condenado figura la de molestar a la mujer durante sus horas de trabajo, ya que, después de aguantar los piropos, tuvo que dejar el ganado para ir a quejarse a su familia. Uno de los abogados de la mujer señaló como agravante que el acoso verbal se produjo sin que hubiese habido una cita previa entre las dos personas. Sin embargo, no es sencillo conseguir una cita entre beduinos: el hombre debe hacer saber su interés por una mujer a un emisario, quien traslada el mensaje a la afectada a la espera de que ésta dé su consentimiento.
los tudor
Lujuria, ambición, odio, intriga y traición se unen en esta producción de la cadena estadounidense Showtime que recorre los primeros años de reinado de Enrique VIII
El domingo 30 de Diciembre tendrá lugar el preestreno de los dos primeros capitulos de la serie "Los Tudor" en Canal+. La serie completa se podrá seguir a partir de enero de 2008. Su creador ,Michael Hirst, gran apasionado de los Tudor ha querido darle un aire diferente a la historia de la disnatía inglesa, y mostrando a los nobles de la época como personas con problemas. El joven Enrique VIII se encuentra inmerso en dos banbos, uno el amoroso y otro político. En el plano personal, el Rey se siente atrapado en su matrimonio con Catalina de Aragón, su primera esposa, aunque verá una válvula de escape en la hermosa Ana Bolena, por la que siente una obsesión creciente. En lo político, Enrique debe tomar sus decisiones de Estado eligiendo entre los consejos de Tomás Moro y los del cardenal Wolsey. Los exteriores rodados íntegramente en Irlanda, junto a un vestuario y magníficos decorados acorde con los 52 palacios que mandó construir Enrique VIII, logran que la serie transporte al espectador hasta el un fascinante siglo XVI. El reparto lo conforman: Sam Neill (Parque Jurásico), Jeremy Northam (Gosford Park, Enigma), Peter O’Toole (Lawrence de Arabia), Rhys Meyers (Match Point), Natalie Dormer (Casanova), Maria Doyle Kennedy (Miss Julie), Gabrielle Anwar (Esencia de mujer), Henry Cavill (Tristán e Isolda) y Callum Blue (la serie Tan muertos como yo)
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