Los expertos del Museo del Prado consideran que 'El Coloso' no fue pintado por Francisco de Goya, aunque la pinacoteca esperará a que concluyan las investigaciones en curso para descartar "taxativamente" la autoría de esta obra, tradicionalmente atribuida al maestro aragonés.
La jefe de conservación de pintura del siglo XVIII y experta en Goya, Manuela Mena, y el jefe de conservación de pintura del XIX, José Luis Díez, han ofrecido una rueda de prensa para explicar las últimas investigaciones realizadas sobre esta obra, que estos especialistas del Museo se decantan por atribuir a Asensio Juliá, discípulo de Goya.
Manuela Mena ha afirmado que para ella "esta obra no es de Goya", ha considerado que la misma desde abajo "corresponde a otra mano distinta" a la del maestro, y que la figura del gigante, "muy clasicista, no corresponde a su forma de hacer".
No obstante, el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, no ha querido descartar "taxativamente" la autoría de Goya en el cuadro, y ha instado a esperar a que finalicen las investigaciones de los expertos.
Zugaza ha señalado que la pinacoteca terminará ahora el estudio iniciado y, con sus conclusiones, se cerrará "el círculo de todas las evidencias para no pensar en una obra de Goya" y se abrirá una nueva etapa de investigación que tratará de reconstruir la personalidad de Asensio Juliá, "que estuvo muy cerca de Goya pero del que apenas conocemos nada de su obra".
Cuando concluyan esos estudios y se publiquen en el Boletín del Museo del Prado de 2008 (a finales de año), se informará a los visitantes de la pinacoteca de las conclusiones a las que se llegue y del nuevo estatus que adquiera el cuadro a propuesta de los conservadores del Museo.
Para Manuela Mena, 'El Coloso' se corresponde con lo que en pintura se denomina "pastiche", y está realizado "con diferentes piezas combinadas de otra forma".
Las mezclas, de forma distinta
De esa forma, la imagen del gigante sentado en 'El Coloso' de Goya es "transformada y alterada", añade Mena, y las pequeñas figuritas que corren bajo el gigante —asnos, caballos y toros—, aunque son de la iconografía habitual del pintor aragonés, "están mezcladas de otra manera" y están inconclusas, algo "totalmente impensable" en Goya, un artista extremadamente perfeccionista.
En su opinión, no es un cuadro que encaje "con la técnica, la forma de pintar, la simbología, la metáfora y la poesía de Goya", es una obra "diferente" que se aleja —dijo— de la obsesión del maestro por pintar con rasgos perfectamente definidos la realidad y la naturaleza que le rodeaba.
No es un cuadro que encaje "con la técnica, la forma de pintar, la simbología, la metáfora y la poesía de Goya", es una obra "diferente", explica la jefe de Conservación del pintor, Manuela Mena
Una parte fundamental de las investigaciones realizadas por el Prado para descartar la autoría del pintor de Fuendetodos sobre el cuadro es la realizada por el jefe de conservación de Pintura del XIX, José Luis Díez, quien adivinó en el margen inferior izquierdo de la pintura las iniciales 'AJ', que se podrían corresponder con las de Asensio Juliá, aunque en algunos cuadros documentados como suyos firma con el apellido completo.
Añade que actualmente "conocemos muy bien a Goya" pero no tenemos "prácticamente ningún conocimiento" de los "goyescos", coetáneos del maestro que, influenciados por su obra, se vieron tentados a imitar su pintura a lo largo de todo el siglo XIX, y aseguró que en estos estudios "llevamos 61 años de retraso".
Profundizar en esos artistas que siguieron la estela del pintor aragonés, señaló Díez, ayudaría a separar "lo que es Goya de lo que no es", y precisó que en el caso concreto de Asensio Juliá incluso se desconoce su fecha de nacimiento, aunque sí se sabe que estuvo cerca de él toda su vida y que murió cuatro años después.
No obstante, el director adjunto de Conservación del Prado, Gabriele Finaldi, aseguró que 'El Coloso' permanecerá en el Museo porque el público "lo quiere ver", y ha reiterado que cuando concluyan los estudios aclararán "el estatus del cuadro".
Manuela Mena rechazó que el autor del cuadro hiciese "una chapuza", aseguró que el cuadro es "muy fotogénico" aunque presenta "incoherencias lumínicas" y un paisaje "llano y algo sucio" no es propio del realismo de Goya, y se ha mostrado convencida de que el mismo, con ese tipo de trazos, "son un eslabón perdido en nuestra pintura del XIX" que merece una investigación posterior.
Nigel Glendinning: «Lo que está pasando es grave y triste, el Prado admite cosas sin suficiente estudio»
¿Que «El Coloso» no es de Goya? Pregúntenle a Nigel Glendinning, que ayer regresó a Madrid, al Museo del Prado, para volver a mirar directamente el cuadro original. Ninguno de los argumentos puestos sobre la mesa por Manuela Mena y José Luis Díez la pasada semana le convence. Incluso, como experto de prestigio mundial en la obra de Goya, reduce a polvo algunos de sus argumentos desde la base.
La batalla del Coloso ha comenzado. La Historia del Arte -la ciencia toda- es también una pugna cuya munición son los argumentos en publicaciones al alcance de la comunidad de especialistas. Pero los expertos del Prado aún no han publicado nada, sólo han dado ruedas de prensa, y eso disgusta a Glendinning, porque no lo ve «ni serio ni científico».
Manuela Mena confesó el pasado jueves que sospecha de «El Coloso» -conjetura que comparte con Juliet Wilson- desde antes de 1991. Sin embargo, después de 17 años de sospechas aún no se le conoce ningún trabajo concreto sobre su autoría, a la espera de un artículo anunciado en el Boletín del propio museo. Glendinning subraya que «desde 1991 ya son años suficientes para haber publicado una investigación seria, si los detalles y el tema le preocupaban tanto». Además, la posibilidad de que Asensio Juliá pintara «El Coloso» tiene apenas unas semanas, y aún no ha dado tiempo a investigar nada. ¿Son motivos suficientes para asumir la nueva situación de «El Coloso»?
El historiador británico dice que no, que lo que está pasando «es triste y grave». Y la guerra está ahí: de hecho, ayer el Museo del Prado no permitió que ABC realizase una fotografía de Glendinning frente a «El Coloso», que sigue marcado como un auténtico Goya en sus salas, «para que nadie piense que él está involucrado en la investigación de este museo». Ante la respuesta, el hispanista mostraba a ABC su carnet de honor de la pinacoteca y bromeaba: «A lo mejor ya no me lo renuevan, me van a descatalogar a mí» (entre risas). Bromas aparte atendamos sus razones:
La Radiografía. «A veces creo que Mena la prefiere al cuadro. Está convencida de que la imagen del fondo es un coloso anterior, cuando bien podría ser un cuadro anterior sobre el que Goya pintó, ya que en tiempos de guerra era habitual pintar sobre lienzos usados, propios o ajenos. Podría no ser «El Coloso». Podría no ser de Goya».
Paisaje de los Pirineos. «Mena se extraña de que no aparezcan más claros los Pirineos y lo compara con cartones para tapices de palacios madrileños, en los que se muestra cómo Goya pintaba lo que conocía. Primero, tenía que hacerlo porque el decoro exigía representar algo en relación con el palacio. Segundo, recordemos que Goya nunca conoció los Pirineos. Tercero, incluso el fondo del 2 de Mayo no es fiel al paisaje de la Puerta del Sol, que Goya conocía a la perfección, luego es mentira. La serranía baja aragonesa sí puede ser el paisaje de «El Coloso»». Goya pasó allí casi toda la guerra».
Lección de Anatomía. «Mena dijo que Goya pintaba bien la anatomía porque hacía disecciones de cadáveres, algo que no consta. Goya incluso se mostró en desacuerdo con el estudio de la anatomía en un informe que hizo sobre la enseñanza para la Academia, y dice que «aunque no le parece mal, lo importante es estudiar la naturaleza». Muchos dibujos y cuadros de Goya tienen errores en la factura de los miembros. Así que esto también cae».
Los toros y la tartana. «Que el autor de este cuadro, según afirma Mena sobre los toros, desconoce la anatomía del rabo y por eso Goya no es el autor de «El Coloso» es otra conclusión injusta. Primero, ¡yo no sabía que existiera una anatomía del rabo! (risas). En otros cuadros y grabados goyescos hay anatomías no exactas. Muchos pintores grandes cometen estos errores. Y mire, no es un cuadro pintado para mirar los rabos de los toros, sino el efecto general de todo lo que huye del gigante. Goya pintó a la gente del campo huyendo con sus cosas. Y a lo mejor no son toros sino reses y vacas. A mí me importa más que los animales se van en sentido distinto de la gente, lo que aporta gracia y tragedia a un tiempo. Y el asno, que debía ayudar a los hombres se queda parado. Es un detalle emotivo en el cuadro. Pero no me parece de peluche. En cuanto a la tartana... ¡A mí me encanta!
A. J. es 176. «Cuando me dijeron que van a descatalogar «El Coloso» pedí a Gabriele Finaldi que mirase las antiguas fotos del Prado porque yo he visto números en la zona en la que Díez interpreta ahora la firma de Juliá. En concreto ésta -Glendinning nos muestra una foto antigua de un libro en la que junto al 1 y el 7 se puede atisbar claramente un 6-. 176 es un número de inventario.»
Falta investigación. «Lo lamentable es dar al público algo no suficientemente estudiado, sin investigar más datos de la historia. Hay una referencia del XIX: aparece el cuadro en un inventario de la familia Fernández Durán de 1874 (que hizo Vicente Poleró), con el título «Alegoría profética de los desastres de la Guerra de la Independencia. Original de Goya». No era un pintor desconocido para esa familia. Retrató a uno de sus miembros y en época de Goya, otro era académico. Hay decenas de inventarios de esa colección que habría que investigar. Eso sí sería incontestable y no el rabo de los toros. Y consta que Goya pintó otra alegoría del mismo tamaño del pueblo huyendo de un águila «pintado para movilizar a la gente contra Francia»».
El otro Coloso. «La aguatinta no es de 1800, nada tiene que ver con los Caprichos y sí con los Desastres. Creo que es de la guerra o posterior».
Triste premonición. «No pasaría nada si el Prado no hubiera lanzado la información tan poco contrastada. Todo esto es triste y poco sensato y no es de estudiosos serios. Aprendimos a no tener en cuenta nuestros gustos y creo que Mena tiene un problema por su gusto con la nitidez. Goya a veces no es nítido».