Mi amigo Agustín me envío hace unos días el poema "¿Quén Muere?", posteado profusamente en blogs y páginas personales de Internet y atribuido a Pablo Neruda, avisándome de las dudas razonables que existen sobre esa pretendida autoría. El texto en cuestión es el siguiente:
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre el blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quién deja escapar un posible amor, con tal de no hacer el esfuerzo de hacer que éste crezca.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de empezarlo, el que no pregunta acerca de un asunto que desconoce o no responde cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.
Una
búsqueda en Google con las tres primeras palabras del poema y el apellido del Nobel chileno proporciona más de 16.000 referencias. Sin embargo, no he podido encontrar ninguna en la que se diga en qué libro fue publicado, ni localizar el poema en las antologías que he consultado. Aunque hay elementos inequívocamente nerudianos en el texto, como la invocación a la "ardiente paciencia", que parafrasea una cita de Rimbaud con la que Neruda cerró el
discurso que pronunció en Estocolmo al recoger el premio Nobel, algunos otros pasajes del poema, como la referencia a las marcas o a la televisión, parecen extraños al universo poético del pretendido autor.
Algún internauta, embarcado en una búsqueda similar a la mía, planteó la custión de la autoría a la
Fundación Pablo Neruda, recibiendo una respuesta lacónica e inequívoca:
Ese poema NO es de Pablo Neruda.Gracias por preguntar.
Si, como parece desprenderse de esta respuesta, el texto es apócrifo, ¿cual es la razón de que tantas personas hayan dado por buena su atribución a Neruda?. Sencillamente, la facilidad que proporciona Internet como medio para la propagación de "leyendas urbanas".
Actualización (enero 2008): El senador Mastella despide a Prodi leyendo unos versos de "Muere Lentamente", que atribuye a Neruda
El senador democrata cristiano italiano Clemente Mastella, que con su dimisión tras una acusación de corrupción ha precipitado la caida del gobierno de Romano Prodi, justificó su voto en contra, en la sesión del Senado que negó la confianza a Prodi el día 24 de enero de 2008 leyendo los primeros versos del poema "Muere lentamente", que atribuyó a Neruda. Numerosos medios italianos han señalado la falsedad de la atribución. Por su parte, la prensa brasileña ha contestado enseguida afirmando que el poema en cuestión es de Martha Medeiros, una escritora nacida en Porto Alegre en 1961. (La autoría de Medeiros ha sido señalada por Paolo en un comentario a este post). La popularidad de Medeiros en Internet como autora de "Muere lentamente" es, en cualquier caso, muy inferior a la de Neruda: una
búsqueda en Google con su nombre y las dos primeras palabras del poema, en portugués, devuelve sólo 517 referencias.
Las falsas atribuciones, frecuentes en Internet
Hay algunos otros casos similares de atribuciones falsas, centrados también en reflexiones sobre la forma más adecuada de vivir la vida. Uno de ellos es el poema "Instantes", pretendidamente de Borges, con el que dicen que Alfonso Guerra felicitó la navidad a sus amigos a principios de los años 90. De eso no tengo constancia, pero sí sé de otro político socialista, bastante menos conocido, que lo utilizó para el mismo fin algún tiempo después. La autoría de Borges fue desmentida por María Kodama, que a su vez atribuyó el poema a Nadine Stair, aunque otras versiones hablan de la existencia de un texto similar “If I had My Life to Live over”, firmado por el caricaturista americano Don Herold, en la revista Reader’s Digest de octubre de 1953. La versión "borgiana" que ha circulado por Internet es la siguiente:
Si pudiera vivir nuevamente mi vidaen la próxima trataría de cometer más errores.No intentaría ser tan perfecto… me relajaría más.Sería más tonto de lo que he sido;de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.Sería menos higiénico.Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres,subiría más montañas, nadaría más ríos.Iría a más lugares a donde nunca he ido;comería más helados y menos habas;tendría más problemas reales y menos imaginarios.Yo fui de esas personas que vivió sensata y prolíficamentecada momento de su vida.Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiera volver atrástrataría de tener solamente buenos momentos.Por si no saben, de eso esta hecha vida, sólo de momentos;no te pierdas el ahora.Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro,una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo aprincipios de primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceresy jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo…
También García Márquez, en este caso en vida, ha sido objeto de una atribución parecida. En este caso el poema se titula "La Marioneta", y la versión en circulación decía que Gabo lo había escrito para despedirse de sus amigos tras saber que estaba aquejado por un cáncer. Después se ha sabido que su autor real es el ventrílocuo mexicano
Johnny Welch, que lo puso en boca de su muñeco Don Mofles. Aunque la reacción inicial de Gabo al conocer que se le atribuía el poema fue bastante poco compasiva ("Lo que me puede matar es que alguien crea que escribí una cosa tan cursi. Esto es lo único que me preocupa"), en junio del año 2001 Johnny Welch recibió en su casa la visita de Gabriel Garcia Márquez, con quien conversó acerca del poema que los había unido.
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso pero, en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.Dormiría poco y soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate...
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón... Escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero dejaría que el solo aprendiese a volar. A los viejos, a mis viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas les he aprendido a ustedes los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...
Sobre estos y otros apócrifos hay algunos artículos interesantes. Recomiendo leer el de
Iván Almeida en Rompecadenas y el de
Roberto Arancibia en el Mundo sigue ahí.
Para terminar, transcribo otro poema de contenido similar, colgado por Hernán Casciari en su blog
Orsai. En este caso se trata del inicio de lo que podría ser, blogueros mediante, otra leyenda urbana. En palabras de Hernán: "No es joda: mándenlo a todo el mundo, diciendo que es de Sábato. Se trata de un experimento sociológico muy serio":
SI PUDIERApor Ernesto SábatoSi pudiera empezar todo de nuevocomería muy pocos carbohidratos,por ejemplo salame y flan de huevo.Me cambiaría el nombre por 'Batato'y correría riesgos tan salvajescomo dejarme arañar por un gato.Si pudiera volver atrás el viajeiría en tren desde Estación Pompeyahasta Santos Lugares (sin pasaje)con un disfraz de la Rubia Mireya.Pero ya ven, tengo 87 añosy uso anteojos con culo de botella.