Un sepulcro con restos de unas 50 personas, que pudieron haber sido guerreros aztecas, fue descubierto en la ciudad de México.
El hallazgo, anunciaron los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue hecho en la zona arqueológica de Tlatelolco, un importante centro construido por los aztecas en el siglo XIV.
Según los arqueólogos, el complejo funerario podría brindar información valiosa sobre las últimas rebeliones indígenas que siguieron al triunfo de Hernán Cortés en 1521.
Tlatelolco, que se ubica en el norte de la ciudad, fue junto con Tenochtitlán una importante zona religiosa y política del antiguo Imperio Azteca.
La región fue además el escenario de la última resistencia indígena contra los conquistadores españoles.
Inusual
Los arqueólogos quedaron sorprendidos por la forma como estaban colocados los sujetos.No es la primera vez que se descubren sepulcros en la zona, pero éste asombró en particular a los arqueólogos por la forma en que fueron dispuestos los cuerpos.
"Quedamos muy sorprendidos cuando descubrimos estos esqueletos", explicó a BBC Ciencia el arqueólogo del INAH Salvador Guilliem Arroyo, quien dirige el proyecto de excavación en Tlatelolco.
Tal como nos explicó el arqueólogo, "la posición de los entierros muestra un carácter católico".
"Los cuerpos están extendidos, boca arriba, con los brazos cruzados sobre el pecho y hay un gran cuidado en la forma como fueron colocados", dijo el arqueólogo y agregó.
"Y su posición norte a sur no corresponde a las costumbres prehispánicas de enterramiento, que normalmente es de este a oeste o del oeste al este".
Además, se encontraron restos de madera, lo que sugiere que quizás fueron enterrados en una caja, o que fueron cubiertos con hojas de agave para protegerlos.
"La mayoría son adultos jóvenes, salvo un anciano, dos adolescentes y un infante. Y también encontramos 15 personajes incompletos", informó Guilliem Arroyo.
Influencia católica
Tal como señala Salvador Guilliem, no es la primera vez que se encuentran sepulcros en Tlatelolco.
En Tlatelolco se han encontrado muchos otros complejos funerarios, pero todos han sido muy distintos.
Por ejemplo, en la década del 60 fue hallada una zanja enorme, suerte de fosa común, donde se depositaban los cuerpos al azar.
"A estos cuerpos se les cubría de cal y después se depositaba otra 'capa' de muertos y otra capa de cal", explicó Salvador Guilliem.
"Esto se debió a una peste del siglo XVIII que provocó que un panteón cercano se llenara de cadáveres y los que no cupieron allí fueron enviados a Tlatelolco".
Y en la década del 90 se encontraron otros 27 esqueletos, uno de ellos con un rosario de cuentas de madera y un crucifijo de cobre, los cuales fueron identificados como víctimas de la peste ocurrida en 1545.
Pero tal como señala el investigador "lo extraordinario del complejo recién descubierto, es que para la llegada de Hernán Cortés el sitio estaba cubierto por las grandes plataformas que formaban parte del gran recinto ceremonial".
Esto sugiere que el sitio no era conocido por las últimas generaciones indígenas.
Y después de la toma de Tlatelolco, en agosto de 1521, Cortés ordenó demoler todos los templos de Tenochtitlan y Tlatelolco para construir con sus piedras la nueva ciudad.
Esto, cree el arqueólogo, revela varias razones por las cuales fueron enterrados con tanto orden y cuidado y colocando lápidas en el centro del lugar como una especie de ofrenda.
"Creemos que los enterradores (que seguramente fueron indígenas) tuvieron mucho cuidado al llevar a cabo un enterramiento justo debajo de donde existía un templo prehispánico" explicó Salvador Guilliem.
"Y además se nota la vigilancia de un sacerdote por la posición en que fueron colocados los sujetos", agregó.
El hallazgo, anunciaron los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fue hecho en la zona arqueológica de Tlatelolco, un importante centro construido por los aztecas en el siglo XIV.
Según los arqueólogos, el complejo funerario podría brindar información valiosa sobre las últimas rebeliones indígenas que siguieron al triunfo de Hernán Cortés en 1521.
Tlatelolco, que se ubica en el norte de la ciudad, fue junto con Tenochtitlán una importante zona religiosa y política del antiguo Imperio Azteca.
La región fue además el escenario de la última resistencia indígena contra los conquistadores españoles.
Inusual
Los arqueólogos quedaron sorprendidos por la forma como estaban colocados los sujetos.No es la primera vez que se descubren sepulcros en la zona, pero éste asombró en particular a los arqueólogos por la forma en que fueron dispuestos los cuerpos.
"Quedamos muy sorprendidos cuando descubrimos estos esqueletos", explicó a BBC Ciencia el arqueólogo del INAH Salvador Guilliem Arroyo, quien dirige el proyecto de excavación en Tlatelolco.
Tal como nos explicó el arqueólogo, "la posición de los entierros muestra un carácter católico".
"Los cuerpos están extendidos, boca arriba, con los brazos cruzados sobre el pecho y hay un gran cuidado en la forma como fueron colocados", dijo el arqueólogo y agregó.
"Y su posición norte a sur no corresponde a las costumbres prehispánicas de enterramiento, que normalmente es de este a oeste o del oeste al este".
Además, se encontraron restos de madera, lo que sugiere que quizás fueron enterrados en una caja, o que fueron cubiertos con hojas de agave para protegerlos.
"La mayoría son adultos jóvenes, salvo un anciano, dos adolescentes y un infante. Y también encontramos 15 personajes incompletos", informó Guilliem Arroyo.
Influencia católica
Tal como señala Salvador Guilliem, no es la primera vez que se encuentran sepulcros en Tlatelolco.
En Tlatelolco se han encontrado muchos otros complejos funerarios, pero todos han sido muy distintos.
Por ejemplo, en la década del 60 fue hallada una zanja enorme, suerte de fosa común, donde se depositaban los cuerpos al azar.
"A estos cuerpos se les cubría de cal y después se depositaba otra 'capa' de muertos y otra capa de cal", explicó Salvador Guilliem.
"Esto se debió a una peste del siglo XVIII que provocó que un panteón cercano se llenara de cadáveres y los que no cupieron allí fueron enviados a Tlatelolco".
Y en la década del 90 se encontraron otros 27 esqueletos, uno de ellos con un rosario de cuentas de madera y un crucifijo de cobre, los cuales fueron identificados como víctimas de la peste ocurrida en 1545.
Pero tal como señala el investigador "lo extraordinario del complejo recién descubierto, es que para la llegada de Hernán Cortés el sitio estaba cubierto por las grandes plataformas que formaban parte del gran recinto ceremonial".
Esto sugiere que el sitio no era conocido por las últimas generaciones indígenas.
Y después de la toma de Tlatelolco, en agosto de 1521, Cortés ordenó demoler todos los templos de Tenochtitlan y Tlatelolco para construir con sus piedras la nueva ciudad.
Esto, cree el arqueólogo, revela varias razones por las cuales fueron enterrados con tanto orden y cuidado y colocando lápidas en el centro del lugar como una especie de ofrenda.
"Creemos que los enterradores (que seguramente fueron indígenas) tuvieron mucho cuidado al llevar a cabo un enterramiento justo debajo de donde existía un templo prehispánico" explicó Salvador Guilliem.
"Y además se nota la vigilancia de un sacerdote por la posición en que fueron colocados los sujetos", agregó.
Fenómeno social o natural
Todavía se conoce poco sobre lo que pasó inmediatamente después de la caída del Imperio Azteca, cuando Cortés ordenó la destrucción de pirámides y templos.
Pero los expertos creen que es poco probable que los españoles hubieran llevado a cabo un enterramiento de indígenas tan cuidadoso.
Es posible, dijo Salvador Guilliem, que los sujetos enterrados en este complejo murieron durante alguna de las sublevaciones indígenas que siguieron al triunfo de Cortés.
Pero también pudieron haber sido víctimas de las epidemias de fiebre hemorrágica que ocurrieron en 1545 y 1576, en las cuales murió cerca del 80% de la población indígena. O quizás se trata de personajes de las elites militares mexicanas.
"Todavía tenemos que llevar a cabo mucho trabajo para saber quiénes eran. Pero estamos estudiando la posibilidad de que fueron víctimas de algún fenómeno social o natural ocurrido entre 1523 y 1576", afirmó Salvador Guilliem.
Pero más pistas podrían estar por llegar.
"Creemos que este hallazgo es sólo la mitad de todo el complejo funerario, así que todavía nos falta bastante por explorar", expresó el investigador.
Todavía se conoce poco sobre lo que pasó inmediatamente después de la caída del Imperio Azteca, cuando Cortés ordenó la destrucción de pirámides y templos.
Pero los expertos creen que es poco probable que los españoles hubieran llevado a cabo un enterramiento de indígenas tan cuidadoso.
Es posible, dijo Salvador Guilliem, que los sujetos enterrados en este complejo murieron durante alguna de las sublevaciones indígenas que siguieron al triunfo de Cortés.
Pero también pudieron haber sido víctimas de las epidemias de fiebre hemorrágica que ocurrieron en 1545 y 1576, en las cuales murió cerca del 80% de la población indígena. O quizás se trata de personajes de las elites militares mexicanas.
"Todavía tenemos que llevar a cabo mucho trabajo para saber quiénes eran. Pero estamos estudiando la posibilidad de que fueron víctimas de algún fenómeno social o natural ocurrido entre 1523 y 1576", afirmó Salvador Guilliem.
Pero más pistas podrían estar por llegar.
"Creemos que este hallazgo es sólo la mitad de todo el complejo funerario, así que todavía nos falta bastante por explorar", expresó el investigador.