muchas veces creemos que los sueños son sólo eso sueños, y que una vez despiertos para qué recordarlos, el soñar como algo inútil, ciegos por nuestros hábitos, por nuestras leyes, por la educación recibida y la misma religión en sí, cualquiera que sea, vagamos por la vida como autómatas, como corderos, olvidamos que los sueños y el soñar es un instinto básico en todos nosotros, no sólo la violencia, el sexo o la supervivencia,EL NO SOÑAR NOS CONDENA A ESTAR EN EL VACIO DE LA NADA, es negar nuestro origen de la nada misma, que es de donde surge la capacidad de soñar, sin embargo los sueños cuentan con el poder más grande, el de la ambiguedad, pueden adoptar distintas formas, formas angelicales, formas perversas, formas que somos nosotros porque nosotros somos los ángeles que cubren la tierra,que una vez conscientes aparecemos donde nadie se espera como de una neblina, como si hasta ahora hubiéramos portado una máscara, la sorpresa nos acompaña , y alguien se preguntará ¿ realidad o ficción?...dejame que me ría como catherine tramel
