El padre del comunismo, el historiador alemán Karl Marx (1818-1883), sufría de una enfermedad de la piel que le causó severos problemas psicológicos como la alienación y el auto-desprecio, según afirma un dermatólogo británico.
El experto Sam Shuster escribió en la revista especializada British Journal of Dermatology, que la vida y obra del autor de El Capital estuvo marcada por la condición "hidradenitis suppurativa".
Según el dermatólogo británico, uno de los síntomas de esa enfermedad cutánea es la alienación, un concepto que Marx desarrolló profundamente en El Capital.
Dicha condición fue descrita por primera vez en 1839 por el médico francés Alfred Velpeau, pero Shuster destacó que esa enfermedad era desconocida en Inglaterra, donde vivía Marx, que nunca fue diagnosticado por su mal.
La Hidradenitis suppurativa es una enfermedad que afecta las glándulas de la transpiración, en las axilas y en la ingle.
La piel en las zonas afectadas muestra signos de marcas negras, bultos y hasta supuraciones de pus.
Marx, que nació en Alemania pero vivió la mayoría de su vida en Londres, habría sufrido de dicha dolencia de forma muy recurrente, según Shuster.
El experto analizó la correspondencia del historiador y descubrió que Marx comenzó a quejarse de la dolencia en 1864, cuando tenía 46 años, aunque muy probablemente padecía esa condición mucho antes.
En 1867 el historiador y ensayista escribió a su colega Friedrich Engels de bultos "en la ingle y cerca del pene", áreas características de la "hidradenitis suppurativa".
Según Shuster, Marx muchas veces se veía imposibilitado de trabajar debido al dolor.
En 1867, escribió en una misiva a Ludwig Kugelmann: "Aún tengo esta protuberancia en mi ingle, como también varias manchas".
Marx fue tratado con arsénico y cremas, pero que lograron pocos efectos.
Su único consuelo, como le explicó a Engels, es que las protuberancias o carbuncos "son verdaderamente una dolencia del proletariado".
La enfermedad también contribuyó a la pobreza de Marx, según el profesor Shuster.
SUS EFECTOS EN EL HOMBRE"El nuevo diagnóstico no es sólo importante en términos de precisión histórica. La piel es el órgano de comunicación, razón por la cual sus desórdenes producen tantos problemas psicológicos, con cambios de la propia imagen, comportamiento y forma de vida, como también auto-desprecio y asco a uno mismo", escribió el dermatólogo.
"Además de reducir su habilidad de trabajar, que contribuyó a su deprimente pobreza, la hidradenitis redujo ampliamente su auto-estima. Esto explica el desprecio que sentía a sí mismo y la alienación, una respuesta reflejada en el concepto de alienación que Marx desarrolló en su escritura", concluyó.
Nina Goad, de la Asociación de Dermatólogos británicos, declaró que es "fascinante" descubrir que semejante figura de influencia sufriera de hidradenitis, "especialmente considerando cómo esto pudo influenciar su obra".
La hidradenitis suppurativa es hallada en una proporción de uno por cada 100 personas.
Afecta más comúnmente a las mujeres, y sólo aparece después de la pubertad, cuando se activan las glándulas apocrinas por la producción de hormonas.
La condición suele ser tratada en la actualidad con antibióticos y cremas anti-acné.
En algunos casos los médicos pueden prescribir corticoides orales.
El experto Sam Shuster escribió en la revista especializada British Journal of Dermatology, que la vida y obra del autor de El Capital estuvo marcada por la condición "hidradenitis suppurativa".
Según el dermatólogo británico, uno de los síntomas de esa enfermedad cutánea es la alienación, un concepto que Marx desarrolló profundamente en El Capital.
Dicha condición fue descrita por primera vez en 1839 por el médico francés Alfred Velpeau, pero Shuster destacó que esa enfermedad era desconocida en Inglaterra, donde vivía Marx, que nunca fue diagnosticado por su mal.
La Hidradenitis suppurativa es una enfermedad que afecta las glándulas de la transpiración, en las axilas y en la ingle.
La piel en las zonas afectadas muestra signos de marcas negras, bultos y hasta supuraciones de pus.
Marx, que nació en Alemania pero vivió la mayoría de su vida en Londres, habría sufrido de dicha dolencia de forma muy recurrente, según Shuster.
El experto analizó la correspondencia del historiador y descubrió que Marx comenzó a quejarse de la dolencia en 1864, cuando tenía 46 años, aunque muy probablemente padecía esa condición mucho antes.
En 1867 el historiador y ensayista escribió a su colega Friedrich Engels de bultos "en la ingle y cerca del pene", áreas características de la "hidradenitis suppurativa".
Según Shuster, Marx muchas veces se veía imposibilitado de trabajar debido al dolor.
En 1867, escribió en una misiva a Ludwig Kugelmann: "Aún tengo esta protuberancia en mi ingle, como también varias manchas".
Marx fue tratado con arsénico y cremas, pero que lograron pocos efectos.
Su único consuelo, como le explicó a Engels, es que las protuberancias o carbuncos "son verdaderamente una dolencia del proletariado".
La enfermedad también contribuyó a la pobreza de Marx, según el profesor Shuster.
SUS EFECTOS EN EL HOMBRE"El nuevo diagnóstico no es sólo importante en términos de precisión histórica. La piel es el órgano de comunicación, razón por la cual sus desórdenes producen tantos problemas psicológicos, con cambios de la propia imagen, comportamiento y forma de vida, como también auto-desprecio y asco a uno mismo", escribió el dermatólogo.
"Además de reducir su habilidad de trabajar, que contribuyó a su deprimente pobreza, la hidradenitis redujo ampliamente su auto-estima. Esto explica el desprecio que sentía a sí mismo y la alienación, una respuesta reflejada en el concepto de alienación que Marx desarrolló en su escritura", concluyó.
Nina Goad, de la Asociación de Dermatólogos británicos, declaró que es "fascinante" descubrir que semejante figura de influencia sufriera de hidradenitis, "especialmente considerando cómo esto pudo influenciar su obra".
La hidradenitis suppurativa es hallada en una proporción de uno por cada 100 personas.
Afecta más comúnmente a las mujeres, y sólo aparece después de la pubertad, cuando se activan las glándulas apocrinas por la producción de hormonas.
La condición suele ser tratada en la actualidad con antibióticos y cremas anti-acné.
En algunos casos los médicos pueden prescribir corticoides orales.
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