Cada vez que a un niño se le cae un diente, éste debe dejarlo bajo la almohada, y durante la noche viene el Ratoncito Pérez y se lo lleva dejándole un regalo a cambio. Está tradición es famosa entre los niños españoles.
Pero lo que no saben ni padres ni niños es que este ratoncito nació con la intención de despreocupar al infante Alfonso XIII, un niño asustadizo, para él que caérsele un diente era una gran tragedia.
Vivía en el sótano de una pastelería de la Calle Arenal, La casa de este peculiar ratón se encontraba en el sótano de una pastelería llamada "Carlos Prast", situada en la Calle Arenal nº 8.
Su madre la reina María Cristina, para quitarle hierro al asunto le pidió a un famoso novelista de la época, el Padre Luis Coloma, que escribiera una breve historia sobre el diente caído.
Enseguida se puso manos a la obra y dio vida a uno de los ratones más famosos. Realizó un breve cuento de 13 páginas en el que no sólo creo a este popular personaje sino que también enseño al futuro rey una lección moral.
En la historia el ratoncito se hacía amigo de un rey llamado Buby I (que era como llamaba cariñosamente la reina a el infante Alfonso XIII), quién le ayudaba en su tarea. En una ocasión fueron a visitar a una familia muy pobre y esto dejó impactado al pequeño Buby.
Entonces pregunto a su madre el por qué existían tales desgracias, y su madre le dijo que en su mano, como rey, estaba cambiarlas.
En la actualidad, aquella pastelería se ha convertido en una galería comercial donde podemos encontrar, una estatuilla de este famoso personaje, así como, libros, pósteres e ilustraciones sobre él.
El 5 de enero de 2003 el Ayuntamiento de Madrid rindió un homenaje a este personaje de leyenda instalando una placa conmemorativa en el mismo lugar donde el padre Coloma situó la vivienda del roedor con el siguiente texto: Aquí vivía, en una caja de galletas, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII
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