Cuatro años ha tenido que esperar Londres para que la anunciada versión teatral de "El señor de los anillos" llevara su fantasía al West End.
Dura tres horas y ha costado unos 18,5 millones de euros.
Ha sido descrito como el más espectacular, aunque la historia ha sido condensada en exceso.
Dos años después del cincuentenario de la publicación de la trilogía de Tolkien, y pasados cuatro desde que Peter Jackson cerrara con "El retorno del rey" la adaptación cinematográfica de "El señor de los Anillos", Londres acoge un musical cuyo estreno mundial tuvo lugar el año pasado en la canadiense Toronto.
Finalmente, la Tierra Media se ha convertido en realidad tras cuatro años de esfuerzo con el musical más caro y espectacular de la historia del famoso barrio teatral.
Con un presupuesto de unos 18,6 millones de euros, la popular trilogía de John Ronald Reuel Tolkien ha cobrado vida de la mano del director y guionista británico Matthew Warchus, que ha logrado transportar el espíritu del mundo de Tolkien a un espectáculo teatral.
El "cómo" gana la batalla al "qué" en la adaptación teatral de Warchus.
La forma con la que lleva al escenario la historia de Frodo, un "hobbit" protagonizado por James Loye que hereda un anillo con el poder de gobernar a todos los pueblos de la Tierra Media, es espectacular.
Los decorados, con una representación de la Tierra Media que extiende sus bosques hasta la platea, la mágica desaparición de Frodo cuando se pone el anillo, los fantasmagóricos jinetes de negro y una araña gigante son sólo algunos ejemplos de una inventiva puesta en escena que provoca los aplausos en un teatro, el Theatre Royal, abarrotado de público.
El descenso desde los árboles de la princesa élfica Galadriel, los efectos especiales, las montañas y valles conseguidas gracias a las subidas, bajadas y giros de una rueda giratoria que abarca todo el escenario, o la recreación de los orcos, consiguen hacer del escenario un mundo alternativo que se fija en cada detalle.
Sin embargo, adaptar las más de mil páginas del best seller de Tolkien a tres horas de representación teatral repercute en un guión al que le falta tiempo para caracterizar a los personajes.
Con saltos a veces bruscos en el transcurro de la historia, el mayor sacrificio respecto a la obra original es la Guerra del Anillo, que enfrenta a los pueblos libres de la Tierra Media y a los ejércitos de Sauron.
Aunque la adaptación teatral reduce la guerra a un par de batallas, las proyecciones de los enfrentamientos en telas superpuestas, junto a las que se libran en el escenario con los orcos, consiguen recrear los pocos minutos que dura la escena en tres dimensiones.
La música del compositor indio A. R. Rahman, el grupo finlandés Varttina y Christopher Nightingale contribuyen a reforzar la atmósfera de una saga épica que, en su versión teatral, consigue separar la barrera entre el escenario y la audiencia en múltiples ocasiones.
Dura tres horas y ha costado unos 18,5 millones de euros.
Ha sido descrito como el más espectacular, aunque la historia ha sido condensada en exceso.
Dos años después del cincuentenario de la publicación de la trilogía de Tolkien, y pasados cuatro desde que Peter Jackson cerrara con "El retorno del rey" la adaptación cinematográfica de "El señor de los Anillos", Londres acoge un musical cuyo estreno mundial tuvo lugar el año pasado en la canadiense Toronto.
Finalmente, la Tierra Media se ha convertido en realidad tras cuatro años de esfuerzo con el musical más caro y espectacular de la historia del famoso barrio teatral.
Con un presupuesto de unos 18,6 millones de euros, la popular trilogía de John Ronald Reuel Tolkien ha cobrado vida de la mano del director y guionista británico Matthew Warchus, que ha logrado transportar el espíritu del mundo de Tolkien a un espectáculo teatral.
El "cómo" gana la batalla al "qué" en la adaptación teatral de Warchus.
La forma con la que lleva al escenario la historia de Frodo, un "hobbit" protagonizado por James Loye que hereda un anillo con el poder de gobernar a todos los pueblos de la Tierra Media, es espectacular.
Los decorados, con una representación de la Tierra Media que extiende sus bosques hasta la platea, la mágica desaparición de Frodo cuando se pone el anillo, los fantasmagóricos jinetes de negro y una araña gigante son sólo algunos ejemplos de una inventiva puesta en escena que provoca los aplausos en un teatro, el Theatre Royal, abarrotado de público.
El descenso desde los árboles de la princesa élfica Galadriel, los efectos especiales, las montañas y valles conseguidas gracias a las subidas, bajadas y giros de una rueda giratoria que abarca todo el escenario, o la recreación de los orcos, consiguen hacer del escenario un mundo alternativo que se fija en cada detalle.
Sin embargo, adaptar las más de mil páginas del best seller de Tolkien a tres horas de representación teatral repercute en un guión al que le falta tiempo para caracterizar a los personajes.
Con saltos a veces bruscos en el transcurro de la historia, el mayor sacrificio respecto a la obra original es la Guerra del Anillo, que enfrenta a los pueblos libres de la Tierra Media y a los ejércitos de Sauron.
Aunque la adaptación teatral reduce la guerra a un par de batallas, las proyecciones de los enfrentamientos en telas superpuestas, junto a las que se libran en el escenario con los orcos, consiguen recrear los pocos minutos que dura la escena en tres dimensiones.
La música del compositor indio A. R. Rahman, el grupo finlandés Varttina y Christopher Nightingale contribuyen a reforzar la atmósfera de una saga épica que, en su versión teatral, consigue separar la barrera entre el escenario y la audiencia en múltiples ocasiones.
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