Cuando Estados Unidos elija a su próximo presidente la mitad de sus líderes desde la II Guerra Mundial habrán sido zurdos. Tanto Barack Obama como John McCain escriben con la izquierda. Una particularidad que comparten con Gerard Ford, Ronald Reagan, George H. Bush y Bill Clinton. De los últimos cuatro inquilinos de la Casa Blanca sólo uno, George W. Bush, ha sido diestro. No deja de ser una curiosidad, pero los medios americanos llevan días dándole vueltas a este capricho estadístico que choca con el hecho de que sólo un 12% de la población norteamericana utiliza de forma natural su mano izquierda.
Lo que no acaba de aclararse es el porqué de la preocupación de los periódicos sobre una diferencia de la que de no ser por la mala prensa que ha tenido a lo largo de los años ni siquiera se hablaría. Históricamente, ser zurdo ha sido visto como una maldición. Hasta bien entrados los 50, en los colegios de EE UU se obligaba a casi todos los niños (McCain se salvó) a escribir con la derecha. Incluso en 1988, 'The Washington Post' publicó una columna de opinión referida a Bush padre titulada: '¿Queremos un presidente zurdo?'
De Ramsés a Chávez
A la vista de los resultados, en la tierra de las oportunidades les gusta que sus presidentes tengan mano izquierda. Será moda, antojo del destino o quizá responda a criterios científicos, pero la verdad es que la nómina de mandatarios y personajes internacionales que son o se sospecha que fueron zurdos asusta: el israelí Netanyahu, Fidel Castro, Chávez, Putin y hasta Bin Laden también. Alejandro Magno, Ramsés II, la reina Victoria de In glaterra, Juana de Arco, el principie Carlos y su hijo Guillermo... Incluso sobre Adolf Hitler, que firmaba siempre los documentos oficiales con su derecha, hay una leyenda negra y una extensa documentación que afirma su inclinación por la siniestra.
Asimismo son muchas las listas de figuras ilustres mediante las que se intenta justificar una cierta predisposición de los zurdos hacia la creatividad. Da Vinci, Miguel Ángel, Picasso, Bach, Beethoven y Mozart, entre muchos otros.
Es difícil inferir una forma de gobernar determinada a partir de estos nombres. Por ahora, la ciencia afirma que diestros y zurdos se diferencian en la forma de procesar la información. Los primeros lo hacen de una manera secuencial lineal y los segundos mediante la simultaneidad visual. Esto quiere decir que en el caso de tener que buscar la única oveja negra dentro de una cabaña blanca, un diestro se fijará en cada uno de los animales individualmente hasta dar con el diferente, mientras que un zurdo mirará al rebaño confiando en que le salte a la vista la pauta discordante.
Lo que no acaba de aclararse es el porqué de la preocupación de los periódicos sobre una diferencia de la que de no ser por la mala prensa que ha tenido a lo largo de los años ni siquiera se hablaría. Históricamente, ser zurdo ha sido visto como una maldición. Hasta bien entrados los 50, en los colegios de EE UU se obligaba a casi todos los niños (McCain se salvó) a escribir con la derecha. Incluso en 1988, 'The Washington Post' publicó una columna de opinión referida a Bush padre titulada: '¿Queremos un presidente zurdo?'
De Ramsés a Chávez
A la vista de los resultados, en la tierra de las oportunidades les gusta que sus presidentes tengan mano izquierda. Será moda, antojo del destino o quizá responda a criterios científicos, pero la verdad es que la nómina de mandatarios y personajes internacionales que son o se sospecha que fueron zurdos asusta: el israelí Netanyahu, Fidel Castro, Chávez, Putin y hasta Bin Laden también. Alejandro Magno, Ramsés II, la reina Victoria de In glaterra, Juana de Arco, el principie Carlos y su hijo Guillermo... Incluso sobre Adolf Hitler, que firmaba siempre los documentos oficiales con su derecha, hay una leyenda negra y una extensa documentación que afirma su inclinación por la siniestra.
Asimismo son muchas las listas de figuras ilustres mediante las que se intenta justificar una cierta predisposición de los zurdos hacia la creatividad. Da Vinci, Miguel Ángel, Picasso, Bach, Beethoven y Mozart, entre muchos otros.
Es difícil inferir una forma de gobernar determinada a partir de estos nombres. Por ahora, la ciencia afirma que diestros y zurdos se diferencian en la forma de procesar la información. Los primeros lo hacen de una manera secuencial lineal y los segundos mediante la simultaneidad visual. Esto quiere decir que en el caso de tener que buscar la única oveja negra dentro de una cabaña blanca, un diestro se fijará en cada uno de los animales individualmente hasta dar con el diferente, mientras que un zurdo mirará al rebaño confiando en que le salte a la vista la pauta discordante.
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