Un aristócrata alemán de poca monta, aficionado a los cigarros habanos, hijo de un noble fama de charlatán y disfrazarse de travesti, fue el arma secreta de los servicios de inteligencia británicos a la hora de derrotar a Hitler, y su misión fue interpretar el horóscopo y las cartas astrales para anticiparse a las decisiones del dictador nazi y adivinar su estrategia.
Adolf Hitler decía en voz alta que guiarse del consejo de los astros era "una estupidez propia de mentes infantiles", pero en la práctica disponía de los servicios de un astrólogo oficial del Führer, Karl Ernest Krafft, y los historiadores creen que cronometró el inicio de algunas de sus campañas de manera que los planetas estuvieran convenientemente alineados. O sea, que era de los que no creían en brujas, pero haberlas haylas. La Ejecutiva de Operaciones Especiales británica (SOE), unidad creada por Churchill durante la guerra para ayudar a la resistencia en los países ocupados y perpetrar actos de sabotaje, se desvió de su estrategia al contratar al astrólogo berlinés Louis de Wohl - cuyo verdadero nombre era Ludwig von Wohl y se dedicaba a hacer los horóscopos de la alta sociedad londinense- para que combatiera al líder del nacionalsocialismo a través de las estrellas. Pero nunca quedó claro si la táctica contribuyó a la victoria aliada o resultó una farsa. Las agencias gubernamentales y de espionaje del Reino Unido encargadas de combatir el nazismo se tenían entre sí los mismos celos que hoy enfrentan en Estados Unidos a la CIA y el FBI . Así que la decisión de contratar al astrólogo fue recibida con sorna en los servicios de inteligencia británicos. El MI5, según documentos secretos desclasificados ayer, consideró la fe en el astrólogo una "idiotez supina", e intentó minar la imagen del aristócrata de origen húngaro como "un hombre afeminado de vanidad desmesurada, un propagandista nato cuya afición a los uniformes nazis sólo es superada por la afición a disfrazarse de travesti". Pero De Wohl contrarrestó esas opiniones con un círculo de fans, entre quienes figuraba el almirante John Godffrey (director de la inteligencia naval), al que convenció de la importancia de adivinar - en función del horóscopo- si el Führer estaba eufórico o pesimista al emprender una determinada ofensiva. De Wohl llegó a ser enviado a EE. UU. para atizar la entrada de Washington en la guerra pronosticando una invasión de América Latina. El astrólogo presumía de haber "leído en las estrellas" que Italia se aliaría con Alemania, la fecha de la ofensiva para invadir Gran Bretaña y el desenlace de la batalla de El Alamein. Los escépticos alegan que no era más que un fantasma. pero dado que Ronald Reagan no tomaba ninguna decisión sin consultar a los astros y Cherie Blair instaló a su propia gurú espiritual en Downing Street..., ¿quién puede acusar a Churchill de buscar una manita para derrotar a Hitler?
Adolf Hitler decía en voz alta que guiarse del consejo de los astros era "una estupidez propia de mentes infantiles", pero en la práctica disponía de los servicios de un astrólogo oficial del Führer, Karl Ernest Krafft, y los historiadores creen que cronometró el inicio de algunas de sus campañas de manera que los planetas estuvieran convenientemente alineados. O sea, que era de los que no creían en brujas, pero haberlas haylas. La Ejecutiva de Operaciones Especiales británica (SOE), unidad creada por Churchill durante la guerra para ayudar a la resistencia en los países ocupados y perpetrar actos de sabotaje, se desvió de su estrategia al contratar al astrólogo berlinés Louis de Wohl - cuyo verdadero nombre era Ludwig von Wohl y se dedicaba a hacer los horóscopos de la alta sociedad londinense- para que combatiera al líder del nacionalsocialismo a través de las estrellas. Pero nunca quedó claro si la táctica contribuyó a la victoria aliada o resultó una farsa. Las agencias gubernamentales y de espionaje del Reino Unido encargadas de combatir el nazismo se tenían entre sí los mismos celos que hoy enfrentan en Estados Unidos a la CIA y el FBI . Así que la decisión de contratar al astrólogo fue recibida con sorna en los servicios de inteligencia británicos. El MI5, según documentos secretos desclasificados ayer, consideró la fe en el astrólogo una "idiotez supina", e intentó minar la imagen del aristócrata de origen húngaro como "un hombre afeminado de vanidad desmesurada, un propagandista nato cuya afición a los uniformes nazis sólo es superada por la afición a disfrazarse de travesti". Pero De Wohl contrarrestó esas opiniones con un círculo de fans, entre quienes figuraba el almirante John Godffrey (director de la inteligencia naval), al que convenció de la importancia de adivinar - en función del horóscopo- si el Führer estaba eufórico o pesimista al emprender una determinada ofensiva. De Wohl llegó a ser enviado a EE. UU. para atizar la entrada de Washington en la guerra pronosticando una invasión de América Latina. El astrólogo presumía de haber "leído en las estrellas" que Italia se aliaría con Alemania, la fecha de la ofensiva para invadir Gran Bretaña y el desenlace de la batalla de El Alamein. Los escépticos alegan que no era más que un fantasma. pero dado que Ronald Reagan no tomaba ninguna decisión sin consultar a los astros y Cherie Blair instaló a su propia gurú espiritual en Downing Street..., ¿quién puede acusar a Churchill de buscar una manita para derrotar a Hitler?
No hay comentarios:
Publicar un comentario