En todas las áreas profesionales hay mitos. Sin embargo, en algunas de ellas estos bulos prevalecen durante más tiempo que en otras y llegan a convencer, incluso, a los profesionales del ramo.
Un artículo del British Medical Journal recoge algunos de las grandes leyendas urbanas científicas que aparecen en la Red y que han llegado hasta nuestros días gracias al boca a boca, a veces disfrazadas de remedios de la abuela.
"Hay que beber, como mínimo, 8 vasos de agua al día"
MENTIRA: El origen de este falso mito puede datar de 1945, cuando se hizo pública una recomendación en la que se establecía que la cantidad de agua que debía tomar cada adulto, en la mayoría de los casos, era de "2,5 litros al día". Aquella recomendación continuaba afirmando que cada persona debe consumir "un mililitro de agua por cada caloría de comida" y que "la mayoría de esta cantidad está en las comidas".
VERDAD: Si se ignora esta última frase, se puede interpretar que, efectivamente, debemos tomar ocho vasos de agua diarios. Por el contrario, beber agua en exceso puede ser perjudicial y puede, en algunos extremos, causar la muerte.
"Sólo usamos el 10% de nuestros cerebros"
MENTIRA: A pesar de los avances en neurociencia, seguimos creyendo que usamos, tan sólo, el 10% de nuestros cerebros. Esta sentencia falsa se le adjudica a Einstein, pero hay ninguna cita textual del científico que lo corrobore. La creencia procede probablemente de 1907, para alentar el afán autodidacta.
VERDAD: Lo estudios realizados sobre daños celebrales demuestran que usamos mucho más del 10%. No hay áreas dormidas y prácticamente ninguna parte del cerebro está del todo inactiva.
"El pelo y las uñas siguen creciendo tras la muerte"
MENTIRA: La leyenda nace en Sin Novedad en el Frente, donde el autor describió cómo siguen creciendo las uñas de su amigo tras la muerte de éste.
VERDAD: El antropólogo William Maples lo desmiente: "No es más que un espejismo, no ocurre tal cosa". La deshidratación del cuerpo tras la muerte puede provocar que la piel se retraiga en el pelo y las uñas, creando la apariencia de que han crecido. El crecimiento de uñas y pelo requiere una compleja regulación hormonal que es imposible tras la muerte.
"Leer con poca luz destroza la vista"
MENTIRA: La idea de que leer con luz tenue puede acabar con tus ojos tiene su origen en la propia experiencia. Leer con poca luz hace que los ojos se resequen porque parpadeamos menos y a veces podemos tener la sensación de que no vemos bien. Aderezado con unas gotitas de hipocondría ya tenemos una nueva y maravillosa leyenda urbana.
VERDAD: Los efectos negativos son temporales, pero es imposible que cause un cambio permanente en la estructurade los ojos.
"El pelo no crece más fuerte tras afeitarnos"
MENTIRA: Ni más oscuro ni más fuerte. El pelo afeitado no crece con más fuerza como se demostró ya en 1928, en un ensayo clínico. Durante el afeitado se elimina la parte muerta del cabello y no la viva, que está bajo la piel.
VERDAD: El cabello es más oscuro porque aún no ha sido expuesto al sol y no tiene el extremo tan fino.
"Los móviles son peligrosos en los hospitales"
MENTIRA: No hay casos de muerte causada por el uso del móvil en un recinto médico. Esta creencia se ha extendido desde que The Wall Street Journal se hizo eco de esta información, dándola como cierta, en un artículo que citaba más de cien casos de posibles interferencias electromagnéticas en aparatos médicos antes de 1993.
VERDAD: Sí es cierto que los móviles causan interferencias un 4% de las veces cuando están a menos de un metro de los dispositivos aunque menos del 0,1% son serios.
Un artículo del British Medical Journal recoge algunos de las grandes leyendas urbanas científicas que aparecen en la Red y que han llegado hasta nuestros días gracias al boca a boca, a veces disfrazadas de remedios de la abuela.
"Hay que beber, como mínimo, 8 vasos de agua al día"
MENTIRA: El origen de este falso mito puede datar de 1945, cuando se hizo pública una recomendación en la que se establecía que la cantidad de agua que debía tomar cada adulto, en la mayoría de los casos, era de "2,5 litros al día". Aquella recomendación continuaba afirmando que cada persona debe consumir "un mililitro de agua por cada caloría de comida" y que "la mayoría de esta cantidad está en las comidas".
VERDAD: Si se ignora esta última frase, se puede interpretar que, efectivamente, debemos tomar ocho vasos de agua diarios. Por el contrario, beber agua en exceso puede ser perjudicial y puede, en algunos extremos, causar la muerte.
"Sólo usamos el 10% de nuestros cerebros"
MENTIRA: A pesar de los avances en neurociencia, seguimos creyendo que usamos, tan sólo, el 10% de nuestros cerebros. Esta sentencia falsa se le adjudica a Einstein, pero hay ninguna cita textual del científico que lo corrobore. La creencia procede probablemente de 1907, para alentar el afán autodidacta.
VERDAD: Lo estudios realizados sobre daños celebrales demuestran que usamos mucho más del 10%. No hay áreas dormidas y prácticamente ninguna parte del cerebro está del todo inactiva.
"El pelo y las uñas siguen creciendo tras la muerte"
MENTIRA: La leyenda nace en Sin Novedad en el Frente, donde el autor describió cómo siguen creciendo las uñas de su amigo tras la muerte de éste.
VERDAD: El antropólogo William Maples lo desmiente: "No es más que un espejismo, no ocurre tal cosa". La deshidratación del cuerpo tras la muerte puede provocar que la piel se retraiga en el pelo y las uñas, creando la apariencia de que han crecido. El crecimiento de uñas y pelo requiere una compleja regulación hormonal que es imposible tras la muerte.
"Leer con poca luz destroza la vista"
MENTIRA: La idea de que leer con luz tenue puede acabar con tus ojos tiene su origen en la propia experiencia. Leer con poca luz hace que los ojos se resequen porque parpadeamos menos y a veces podemos tener la sensación de que no vemos bien. Aderezado con unas gotitas de hipocondría ya tenemos una nueva y maravillosa leyenda urbana.
VERDAD: Los efectos negativos son temporales, pero es imposible que cause un cambio permanente en la estructurade los ojos.
"El pelo no crece más fuerte tras afeitarnos"
MENTIRA: Ni más oscuro ni más fuerte. El pelo afeitado no crece con más fuerza como se demostró ya en 1928, en un ensayo clínico. Durante el afeitado se elimina la parte muerta del cabello y no la viva, que está bajo la piel.
VERDAD: El cabello es más oscuro porque aún no ha sido expuesto al sol y no tiene el extremo tan fino.
"Los móviles son peligrosos en los hospitales"
MENTIRA: No hay casos de muerte causada por el uso del móvil en un recinto médico. Esta creencia se ha extendido desde que The Wall Street Journal se hizo eco de esta información, dándola como cierta, en un artículo que citaba más de cien casos de posibles interferencias electromagnéticas en aparatos médicos antes de 1993.
VERDAD: Sí es cierto que los móviles causan interferencias un 4% de las veces cuando están a menos de un metro de los dispositivos aunque menos del 0,1% son serios.
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