¿Deberíamos aceptar como inevitable que con el paso de los años se debiliten nuestros poderes físicos y mentales? Esto es lo que se pregunta el doctor Gary Nulls, experto en nutrición y salud. Su respuesta es inmediata: "¡Absolutamente no!".
"Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para cambiar el estilo de vida y comportamiento con el fin de mantener el vigor de la mente y el cuerpo, aun cuando se esté envejeciendo", asegura el autor de más de 70 libros que explican por qué es tan importante lo que ponemos en nuestra boca y en lo que ocupamos nuestra mente.
En Gary Null’s Mind Power, su libro más reciente, el autor se refiere a los baby boomers, aquellos que nacieron en este país entre 1946 y 1966 y que ahora están entre los 41 y 61 años de edad.
Tomando como referencia a este grupo, señala que existen muchos que están tratando de tomar el control de su salud y bienestar en un futuro próximo yendo al gimnasio, haciendo yoga y Pilates; siguiendo, una tras otra, las dietas de moda; diciendo que "los 50 son los nuevos 30" y yendo al dermatólogo para otra inyección de botox.
Sin embargo, advierte que estas medidas suponen cambios superficiales, y que no están dirigidas a las necesidades reales del cuerpo y la mente.
Recomienda, además de rescatar lo positivo de las actividades antes mencionadas, poner atención a la calidad y cantidad de aire que se respira, lo que se come e incluso en la forma de ver la vida, pues pocas cosas son tan dañinas para el cerebro como el estrés.
Respecto a las causas que provocan las enfermedades degenerativas que afectan al cerebro, el experto en nutrición menciona la inflamación crónica, la mala alimentación, la deficiencia hormonal y la respiración deficiente, que impide que el cerebro reciba suficiente cantidad de oxígeno y la normal circulación de sangre en el cerebro. Menciona también la deficiencia de los ácidos grasos que requieren las células del cerebro para funcionar con propiedad, los efectos adversos de las medicinas prescritas e incluso la contaminación ambiental.
La contaminación es especialmente dañina para el cerebro y existen, según el experto, mil sustancias que pueden intoxicarlo y acelerar su degeneración. Recomienda prestar especial atención a los metales pesados, los solventes, los combustibles, los pesticidas y el monóxido de carbono.
El estrés, uno de los mayores problemas de la época, es también el causante del desgaste del cerebro. Nulls explica que éste no es sólo psicológico, sino fisiológico. "De hecho, el estrés puede destrozar las conexiones nerviosas", afirma y añade que el constante estrés produce desproporcionados niveles de cortisol en el cerebro y que esto afecta al hipocampo, el área del cerebro relacionada con la memoria y que en cantidades más extremas atrofia las neuronas y les provoca la muerte. Además, el estrés es el responsable de algunos desórdenes psiquiátricos.
Hábitos negativos —como fumar, beber alcohol, tomar café y llevar una vida sedentaria— afectan también al cerebro en forma muy negativa.
La actividad física y la cerebral, asegura Nulls, están íntimamente relacionadas, ya que el ejercicio mejora el flujo sanguíneo, aumenta la capacidad de oxigenar el organismo, el cerebro en particular, libera y promueve el balance de los neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten los impulsos nerviosos), aumenta la memoria y mejora las funciones cognitivas.
Son pésimos para el cerebro la comida rápida, los carbohidratos refinados, las grasas trans (insaturadas) y el azúcar.
Respecto a esta última, opina que debería eliminarse por completo de la dieta. "Los azúcares refinados atacan al sistema inmunológico, causan diabetes, consumen las vitaminas B y el calcio, generan altos niveles de células dañinas, promueven la inflamación en todo el cuerpo, especialmente en el cerebro, afectan al metabolismo y causan una serie de síntomas, incluyendo irritabilidad, ansiedad, confusión, nerviosismo, cambios de humor, falta de concentración, fatiga, depresión y dolores de cabeza", afirma el experto.
Con relación a las grasas, el especialista dice: "No hay duda de que las dietas altas en grasas tienen un efecto adverso en todo el sistema circulatorio, y un gran impacto en la salud del cerebro. Afirma que la grasa tapa las arterias, haciendo que el flujo sanguíneo sea lento e impidiendo que el oxígeno y la sangre lleguen al cerebro en cantidades adecuadas.
Asimismo, un cerebro saludable, advierte el experto en nutrición, requiere de vitaminas, especialmente B6 y B12, y E, C y Zinc.
Sabiendo que el cerebro es un órgano extraordinariamente adaptable y capaz de regenerarse y mantenerse dinámico durante toda la vida, lo que queda es informarse acerca de cómo funciona y seguir las recomendaciones para asegurar una vejez con plena lucidez.
"Con un plan de vida inteligente los baby boomers no tienen que vivir atemorizados por la decadencia mental", afirma Nulls.
"Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para cambiar el estilo de vida y comportamiento con el fin de mantener el vigor de la mente y el cuerpo, aun cuando se esté envejeciendo", asegura el autor de más de 70 libros que explican por qué es tan importante lo que ponemos en nuestra boca y en lo que ocupamos nuestra mente.
En Gary Null’s Mind Power, su libro más reciente, el autor se refiere a los baby boomers, aquellos que nacieron en este país entre 1946 y 1966 y que ahora están entre los 41 y 61 años de edad.
Tomando como referencia a este grupo, señala que existen muchos que están tratando de tomar el control de su salud y bienestar en un futuro próximo yendo al gimnasio, haciendo yoga y Pilates; siguiendo, una tras otra, las dietas de moda; diciendo que "los 50 son los nuevos 30" y yendo al dermatólogo para otra inyección de botox.
Sin embargo, advierte que estas medidas suponen cambios superficiales, y que no están dirigidas a las necesidades reales del cuerpo y la mente.
Recomienda, además de rescatar lo positivo de las actividades antes mencionadas, poner atención a la calidad y cantidad de aire que se respira, lo que se come e incluso en la forma de ver la vida, pues pocas cosas son tan dañinas para el cerebro como el estrés.
Respecto a las causas que provocan las enfermedades degenerativas que afectan al cerebro, el experto en nutrición menciona la inflamación crónica, la mala alimentación, la deficiencia hormonal y la respiración deficiente, que impide que el cerebro reciba suficiente cantidad de oxígeno y la normal circulación de sangre en el cerebro. Menciona también la deficiencia de los ácidos grasos que requieren las células del cerebro para funcionar con propiedad, los efectos adversos de las medicinas prescritas e incluso la contaminación ambiental.
La contaminación es especialmente dañina para el cerebro y existen, según el experto, mil sustancias que pueden intoxicarlo y acelerar su degeneración. Recomienda prestar especial atención a los metales pesados, los solventes, los combustibles, los pesticidas y el monóxido de carbono.
El estrés, uno de los mayores problemas de la época, es también el causante del desgaste del cerebro. Nulls explica que éste no es sólo psicológico, sino fisiológico. "De hecho, el estrés puede destrozar las conexiones nerviosas", afirma y añade que el constante estrés produce desproporcionados niveles de cortisol en el cerebro y que esto afecta al hipocampo, el área del cerebro relacionada con la memoria y que en cantidades más extremas atrofia las neuronas y les provoca la muerte. Además, el estrés es el responsable de algunos desórdenes psiquiátricos.
Hábitos negativos —como fumar, beber alcohol, tomar café y llevar una vida sedentaria— afectan también al cerebro en forma muy negativa.
La actividad física y la cerebral, asegura Nulls, están íntimamente relacionadas, ya que el ejercicio mejora el flujo sanguíneo, aumenta la capacidad de oxigenar el organismo, el cerebro en particular, libera y promueve el balance de los neurotransmisores (sustancias químicas que transmiten los impulsos nerviosos), aumenta la memoria y mejora las funciones cognitivas.
Son pésimos para el cerebro la comida rápida, los carbohidratos refinados, las grasas trans (insaturadas) y el azúcar.
Respecto a esta última, opina que debería eliminarse por completo de la dieta. "Los azúcares refinados atacan al sistema inmunológico, causan diabetes, consumen las vitaminas B y el calcio, generan altos niveles de células dañinas, promueven la inflamación en todo el cuerpo, especialmente en el cerebro, afectan al metabolismo y causan una serie de síntomas, incluyendo irritabilidad, ansiedad, confusión, nerviosismo, cambios de humor, falta de concentración, fatiga, depresión y dolores de cabeza", afirma el experto.
Con relación a las grasas, el especialista dice: "No hay duda de que las dietas altas en grasas tienen un efecto adverso en todo el sistema circulatorio, y un gran impacto en la salud del cerebro. Afirma que la grasa tapa las arterias, haciendo que el flujo sanguíneo sea lento e impidiendo que el oxígeno y la sangre lleguen al cerebro en cantidades adecuadas.
Asimismo, un cerebro saludable, advierte el experto en nutrición, requiere de vitaminas, especialmente B6 y B12, y E, C y Zinc.
Sabiendo que el cerebro es un órgano extraordinariamente adaptable y capaz de regenerarse y mantenerse dinámico durante toda la vida, lo que queda es informarse acerca de cómo funciona y seguir las recomendaciones para asegurar una vejez con plena lucidez.
"Con un plan de vida inteligente los baby boomers no tienen que vivir atemorizados por la decadencia mental", afirma Nulls.
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