Lo primero que debemos hacer es conseguir algo que nos pueda servir de amuleto: una piedra pequeñita, una moneda, un caramelo, una concha de la playa... Una vez lo tengamos lo guardaremos en el bolsillo para que la persona a la que vamos a sorprender no sepa que lo tenemos.
A continuación pediremos a nuestro sorprendido que se preste a realizar un juego de relajación. Intentad que se lo tome de la forma más seria posible, porque de otra forma el resultado del juego no saldrá tan bien como sería deseable. Conviene también que mientras dure el juego intentéis hablar de forma pausada y relajada, de modo que contribuyáis a crear un ambiente relajado. Describiremos los pasos a seguir en orden:
1) Pedid a esa persona que cierre los ojos y recuerde la última vez que se sintió verdaderamente feliz.
2) Una vez que el sorprendido haya superado el paso primero, le realizaremos varias preguntas para que reviva con más intensidad el momento. Le pediremos que dé una puntuación de 0 a 10 a la felicidad que está reviviendo.
3) Le preguntaremos si siente esa felicidad de forma más intensa en alguna parte de su cuerpo. Si nos dice que no, intentaremos que lo asocie a alguna parte.
4) Lo siguiente que haremos será pedirle que nos diga el color que le sugiere esa felicidad, a la que dio la nota tal, y que emana de la parte del cuerpo que nos dijera en la respuesta anterior.
5) En este paso pediremos que se concentre más en esa fuente de felicidad del color que nos dijo, que la imagine intensificada hasta llegar a una felicidad 10 (la fuente de felicidad emite con un color más brillante). Le pediremos que se imagine como esa felicidad va invadiendo su cuerpo hasta inundarlo todo.
6) Si se ha realizado con éxito el paso anterior, pediremos ahora que intente concentrar toda esta felicidad en la punta de sus dedos de una de sus manos. Debe llevar toda esa energía expandida por su cuerpo a esa zona concreta, concentrándola en una especie de bolita de energía.
7) Le pediremos que nos entregue esa bolita de energía, para lo cual cogeremos la mano de esa persona.
8) Si lo hemos hecho bien, sentiremos un cosquilleo en nuestros dedos. Podemos acariciar a la otra persona para ver si siente algo especial al tacto de esa mano.
9) Por último, sacamos nuestro pequeño amuleto y depositaremos ahí toda la energía que esta persona nos entregó a nosotros. Nótese que los pasos 8 y 9 pueden evitarse. Podría haberse pedido a la otra persona en el paso 7 que depositara directamente toda su energía en un objeto que colocáramos en su mano.
10) Entregamos el amuleto al dueño de la energía depositada en él :)
Desde el momento en que entreguéis el amuleto, la otra persona podrá acudir a él siempre que se encuentre triste, recuperando alegría gracias al momento de felicidad intensificada con el que tiene asociado el amuleto. Asimismo, ayudará a que difícilmente os olvide, ya que ligado a dicha felicidad y al amuleto estará también vuestro recuerdo
A continuación pediremos a nuestro sorprendido que se preste a realizar un juego de relajación. Intentad que se lo tome de la forma más seria posible, porque de otra forma el resultado del juego no saldrá tan bien como sería deseable. Conviene también que mientras dure el juego intentéis hablar de forma pausada y relajada, de modo que contribuyáis a crear un ambiente relajado. Describiremos los pasos a seguir en orden:
1) Pedid a esa persona que cierre los ojos y recuerde la última vez que se sintió verdaderamente feliz.
2) Una vez que el sorprendido haya superado el paso primero, le realizaremos varias preguntas para que reviva con más intensidad el momento. Le pediremos que dé una puntuación de 0 a 10 a la felicidad que está reviviendo.
3) Le preguntaremos si siente esa felicidad de forma más intensa en alguna parte de su cuerpo. Si nos dice que no, intentaremos que lo asocie a alguna parte.
4) Lo siguiente que haremos será pedirle que nos diga el color que le sugiere esa felicidad, a la que dio la nota tal, y que emana de la parte del cuerpo que nos dijera en la respuesta anterior.
5) En este paso pediremos que se concentre más en esa fuente de felicidad del color que nos dijo, que la imagine intensificada hasta llegar a una felicidad 10 (la fuente de felicidad emite con un color más brillante). Le pediremos que se imagine como esa felicidad va invadiendo su cuerpo hasta inundarlo todo.
6) Si se ha realizado con éxito el paso anterior, pediremos ahora que intente concentrar toda esta felicidad en la punta de sus dedos de una de sus manos. Debe llevar toda esa energía expandida por su cuerpo a esa zona concreta, concentrándola en una especie de bolita de energía.
7) Le pediremos que nos entregue esa bolita de energía, para lo cual cogeremos la mano de esa persona.
8) Si lo hemos hecho bien, sentiremos un cosquilleo en nuestros dedos. Podemos acariciar a la otra persona para ver si siente algo especial al tacto de esa mano.
9) Por último, sacamos nuestro pequeño amuleto y depositaremos ahí toda la energía que esta persona nos entregó a nosotros. Nótese que los pasos 8 y 9 pueden evitarse. Podría haberse pedido a la otra persona en el paso 7 que depositara directamente toda su energía en un objeto que colocáramos en su mano.
10) Entregamos el amuleto al dueño de la energía depositada en él :)
Desde el momento en que entreguéis el amuleto, la otra persona podrá acudir a él siempre que se encuentre triste, recuperando alegría gracias al momento de felicidad intensificada con el que tiene asociado el amuleto. Asimismo, ayudará a que difícilmente os olvide, ya que ligado a dicha felicidad y al amuleto estará también vuestro recuerdo
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