Desde hace poco, los enamorados acuden al puente para sellar su amor con un candado y tirar las llaves al Guadalquivir.
La tradición viene de un libro reciente de Federico Moccia.
Lo que para algunos es una acción "bonita", para otros vecinos no es más que "una tontería".
La tradición viene de un libro reciente de Federico Moccia.
Lo que para algunos es una acción "bonita", para otros vecinos no es más que "una tontería".
El barrio sevillano de Triana se muestra dividido por la tradición que novios, casados, matrimonios o simplemente parejas de enamorados tienen de jurarse amor colocando un candado en el puente de Triana y lanzando la llave a las aguas del río Guadalquivir, pues lo que para unos es una promesa eterna, para otros es una agresión estética a un puente centenario.
El origen de esta tradición se encuentra en un libro del escritor italiano Federico Moccia. En la novela Tengo ganas de ti, los protagonistas sellan su amor con un candado en el puente Milvio de Roma y tiran la llave al río. Los italianos no tardaron en imitarles y los estudiantes Erasmus han intentando emularlo implantando esa moda en Triana.
Mientras que para algunos ciudadanos es una tradición "bonita", para otros se trata de "una tontería" ya que la tradición "viene de un libro" y no pasa de ser "una moda". "Además, pienso que no se está adaptando la gente de esta ciudad; ya se olvidarán y vendrán a quitar todos los candados", dijo una mujer de la zona, a la vez que recalcaba que "para sellar el amor no se necesita ningún candado".
De momento, el número de candados que la forja del puente soporta aumenta día a día y, mientras los vendedores de candados hacen su particular agosto, los enamorados sellan su promesa eterna.
Mientras que para algunos ciudadanos es una tradición "bonita", para otros se trata de "una tontería" ya que la tradición "viene de un libro" y no pasa de ser "una moda". "Además, pienso que no se está adaptando la gente de esta ciudad; ya se olvidarán y vendrán a quitar todos los candados", dijo una mujer de la zona, a la vez que recalcaba que "para sellar el amor no se necesita ningún candado".
De momento, el número de candados que la forja del puente soporta aumenta día a día y, mientras los vendedores de candados hacen su particular agosto, los enamorados sellan su promesa eterna.
1 comentario:
El Barrio, no está dividido en qué opinión le merece el tema de lso candítos en el Puente.
Triana entera está en contra de esta fea moda.
Echa un vistazo en www.trianavirtual.es que hay hasta pegatinas para pegar en los candados.
No a los candados en el Puente más bonito del MUndo.
Para sellar un amor, se pega uno un caqcho beos, se compra un anillo, unm collar, o lo mejor, se invita a un buen tapeo.
Como dice la pegatina: Invítala a pescaíto frito y deja la barandita der puente libre, miarma...
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