¿Las pirámides egipcias de Giza se construyeron usando gigantescas piedras naturales? ¿O fueron fabricadas a partir de bloques de hormigón fraguado “in situ”, como sugirió en la década de los setenta el científico y arqueólogo francés Joseph Davidovits? Un grupo de alumnos del popular Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), dirigidos por el profesor e ingeniero Linn Hobbs, ha puesto en marcha un estudio para intentar dar con la respuesta. Hobbs y sus alumnos están utilizando técnicas de microscopía y análisis químico para determinar la composición de distintas áreas de las pirámides. Según el investigador, todo apunta a que los egipcios podían conocer la técnica del hormigón, ya que un 90% del material que usaban era piedra caliza muy frágil, que podía transformarse en lodo una vez puesta en remojo, en lo que Davidovits llama el “ablandamiento de las piedras”. En cuanto al cemento o “ligante”, pudieron usar un geopolímero bien conocido por su uso para cerámica ornamental. A la espera de los resultados, Hobbs cree que lo más probable es que los egipcios usaran una combinación de piedra natural y piedra artificial. Aunque lo que más le satisface es que los alumnos están comprobando cómo una “controversia científica se puede afrontar de una manera productiva”.
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