El asteroide que devastó un bosque de Tunguska, en Siberia, el 30 de junio de 1908 era más bien poca cosa A pesar de los enormes daños que provocó, el asteroide que devastó un bosque de Tunguska, en Siberia, el 30 de junio de 1908 era más bien poca cosa. Los especialistas se inquietan ... "El asteroide que provocó este estrago considerable era mucho más pequeño de lo que pensábamos", declaró Mark Boslough, que dirigió al equipo de investigadores. "Qué un objeto por muy pequeño que sea pueda provocar este tipo de destrucción sugiere que los asteroides más pequeños han de ser tenidos en cuenta también seriamente. Estadísticamente, esto sugiere que tales colisiones no son tan improbables como pensábamos". Para reconstruir la caída de este meteorito, los investigadores pusieron en marcha los potentes ordenadores de los laboratorios de seguridad nuclear Sandia y generaron una simulación del desarrollo del impacto. Se estimaron los efectos de una fuerte explosión en la atmósfera tomando en consideración la cantidad de energía en juego, la altitud pero y también, lo que es nuevo, la velocidad del objeto. En esta simulación, el asteroide se dirige hacia el suelo a una velocidad superior a la del sonido. La energía liberada por la explosión toma entonces la forma de un chorro a alta temperatura que se alarga y choca en el suelo bajo la forma de una bola de fuego. Con esta simulación, la energía total provoca más onda expansiva y calentamiento que en las estimaciones precedentes, que no tenían en cuenta la velocidad.
En la animación superior: Simulación de un asteroide estacionario de 62.000 toneladas que estalla con una energía de 5 megatones a 5 km por encima de la superficie. La velocidad no está tomada en consideración. La escala es de 15 km en anchura y 8 km en altura. Los vivos colores de la bola de fuego indican la temperatura desde el humo (rojo apagado) a la roca vaporizada (blanco). En segundo plano, el gris indica la densidad del aire y muestra una onda expansiva esférica que se refleja sobre el suelo. La bola de fuego crece ligeramente y se enfría mientras remonta, limitando los efectos térmicos en la superficie. Crédito Laboratorio Sandia. Teniendo en cuenta múltiples parámetros. Las diversas simulaciones efectuadas muestran que un asteroide en fase de entrada violenta es comprimido por la atmósfera terrestre. Mientras que penetra cada vez más profundamente, una auténtica pared atmosférica se forma delante y provoca una explosión dirigida hacia adelante precipitando un flujo de gases ardientes a velocidad supersónica.
Simulación incluyendo el parámetro de la velocidad. El mismo asteroide atraviesa ahora la atmósfera a una velocidad de impacto típico (20 km/s). Crédito: Laboratorio Sandia. El desconocimiento de este mecanismo había atribuido la totalidad de la cantidad de energía estimada para esta destrucción a la sola energía cinética del asteroide, haciendo exagerar la masa efectiva. Así, la explosión misma, que había sido estimada entre 10 y 20 megatones de TNT, debe ser re-evaluada a entre 3 a 5 megatones. Este valor es totalmente relativo porque según Boslough, "la fuerza física del asteroide depende también de su velocidad, si es o no poroso, si está constituido o no de hielo, así como de otras características materiales". La nueva simulación integra también otros elementos poco o mal conocidos antes. Por ejemplo, la expansión de la explosión se concentró sobre todo en las aristas del relieve, allí dónde los árboles eran más vulnerables. Además, el bosque particularmente no gozaba de buena salud, según los guardabosques del lugar. Así, la extensión de los estragos debidos a la caída del asteroide habrían sido sobreestimados, porque factores ecológicos y topográficos no habían sido tomados en consideración.
Nuestra comprensión de lo que realmente pasó era esquemática", explica Boslough. "No es necesario elaborar más guiones arbitrariamente simplificados, porque hoy los supercomputadores nos permiten integrar la totalidad de los parámetros y obtener una simulación en 3D y alta resolución. Todo se vuelve más claro cuando se mira las cosas con instrumentos más refinados". Esta investigación, financiada por la Dirección de Investigación del Laboratorio Sandia, ha sido presentada en la reunión de la American Geophysical Union en San Francisco el 11 de diciembre de 2007 y publicada en el Internacional Journal of Impact Engineering.
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