Hasta una cuarta parte del pescado en tiendas y restaurantes en Nueva York está catalogado como una variedad más cara de la que en realidad es, según muestras recogidas por dos adolescentes estadounidenses y examinadas con modernos métodos de identificación genética.En los peores casos, dos muestras de filetes, que eran vendidos como pargo rojo, originario del sur de Estados Unidos y del Caribe, resultaron ser gallineta nórdica, una especie protegida, según reveló el viernes la investigación."Nunca esperamos resultados como estos. La gente debería obtener lo que paga", contó a Reuters Kate Stoeckle, una estudiante de 18 años, coautora del proyecto junto a Louisa Strauss, de 17.Las estudiantes del instituto Trinity de Nueva York, recogieron y enviaron 60 muestras de pescado a la Universidad de Guelph en Canadá. De las 56 pruebas de codificación genética, un examen de análisis taxonómico para determinar la especie de un organismo, 14 resultaron ser ejemplares mal catalogados.En todos los casos, el error llevaba a identificar el pez como una variedad más cara, lo que apunta a que no es obra de la casualidad. Esta es la primera vez que se utiliza este método científico para examinar el mercado."Nos gusta mucho el sushi y llevamos a casa muestras de pescado y las ponemos en alcohol", afirmó Stoeckle sobre los pescados comprados en tiendas y restaurantes de la parte elegante de Manhattan.El padre de Stoeckle, Mark, es un experto en esta técnica de codificación genética que se realiza a través de un sistema de identificación por marcadores que se sirve del ADN mitocondrial y es similar al del código de barras que se utiliza en las tiendas."Los estadounidenses gastan 70.000 millones de dólares cada año en frutos del mar y pensamos que las autoridades deberían efectuar controles de ADN rutinarios", afirmó Louisa Strauss en un comunicado. Esta prueba tiene un precio de diez dólares.El proyecto no reveló los nombres de los restaurantes y las tiendas involucrados ya que no estaba claro que fueran responsables directos o si habían sido engañados por sus proveedores.
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