Un estudio de médicos británicos revela hoy que la alimentación en el medioevo era más saludable frente a la actual, además de gozar de un estilo de vida mejor.
Entre los ejemplos aportados por los galenos, está que los luchadores en los torneos no comían alimentos a base de azúcar refinado.
Tanto los hombres como las mujeres de la Edad Media disfrutaban de un estilo mejor, con una dieta baja en grasas y rica en vegetales, acompañados de cerveza, favorable para el corazón ante los alimentos ricos en carbohidratos.
El médico Roger Henderson significó la ingestión de más calorías diarias (alrededor de tres mil 500) en ese tiempo, pero también las quemaban con mas facilidad, pues trabajaban 12 horas al día.
Ese estudio se apoyó en documentos de la época, de donde extrajeron los científicos que las comidas medievales eran incluso mejores que la “dieta mediterránea” de los romanos.
Una persona de ese tiempo consumía entre tres mil 500 y cuatro mil calorías mediante dos barras de pan y tres pintas de cerveza, que gastaban en la cruenta jornada de labor.
Por su parte, la mediterránea incluye pescado, fruta, trigo y aceite de oliva, pero era solo posible para los ricos de Roma, pues los pobres carecían de alimentos.
Sin embargo, los investigadores británicos señalaron que en el medioevo un labriego promedio de Inglaterra comía casi dos panes al día y unos 250 gramos de carne o pescado, acompañado de gran cantidad de verduras como habas.
También consumían vegetales como nabos, todo acompañado con mucha cerveza. Para esa época había pocos azucares refinados, que ahora repletan la dieta del hombre moderno.
El ser humano occidental consume por lo general, según el estudio, dos mil 700 calorías con un exceso de grasa, hace menos de 20 minutos de ejercicios por día y tiene mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Entre los ejemplos aportados por los galenos, está que los luchadores en los torneos no comían alimentos a base de azúcar refinado.
Tanto los hombres como las mujeres de la Edad Media disfrutaban de un estilo mejor, con una dieta baja en grasas y rica en vegetales, acompañados de cerveza, favorable para el corazón ante los alimentos ricos en carbohidratos.
El médico Roger Henderson significó la ingestión de más calorías diarias (alrededor de tres mil 500) en ese tiempo, pero también las quemaban con mas facilidad, pues trabajaban 12 horas al día.
Ese estudio se apoyó en documentos de la época, de donde extrajeron los científicos que las comidas medievales eran incluso mejores que la “dieta mediterránea” de los romanos.
Una persona de ese tiempo consumía entre tres mil 500 y cuatro mil calorías mediante dos barras de pan y tres pintas de cerveza, que gastaban en la cruenta jornada de labor.
Por su parte, la mediterránea incluye pescado, fruta, trigo y aceite de oliva, pero era solo posible para los ricos de Roma, pues los pobres carecían de alimentos.
Sin embargo, los investigadores británicos señalaron que en el medioevo un labriego promedio de Inglaterra comía casi dos panes al día y unos 250 gramos de carne o pescado, acompañado de gran cantidad de verduras como habas.
También consumían vegetales como nabos, todo acompañado con mucha cerveza. Para esa época había pocos azucares refinados, que ahora repletan la dieta del hombre moderno.
El ser humano occidental consume por lo general, según el estudio, dos mil 700 calorías con un exceso de grasa, hace menos de 20 minutos de ejercicios por día y tiene mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
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