Un grupo de científicos de la NASA ha descubierto que un satélite ruso de 21 años, que circula por la órbita terrestre, desprende partículas radioactivas, según un nuevo informe de la agencia norteamericana del espacio (NASA), al que ha tenido acceso Europa Press.
El aparato, bautizado como 'Cosmos 1818', fue descubierto en julio de 2008 al observar la nube de escombros que le rodeaba, y fue lanzado por la Unión Soviética en febrero de 1987 como el primero de dos vehículos diseñados para probar una nuevo suministro a partir de la energía nuclear en las zonas más bajas de la órbita terrestre. En la actualidad su reactor nuclear está inactivo.
Así, docenas de pequeñas partículas radioactivas se desprendieron del satélite al inicio del proceso de descomposición de la nave. El 'Cosmos 1818' y su gemela, 'Cosmos 1867', incorporaban un suministro de energía nuclear termoiónica (relativo a la emisión de los electrones provocada por el calor), a diferencia del dispositivo nuclear termoeléctrico, más sencillo, que proporcionaba energía a los satélites de 'Reconocimiento Oceánico por Radar' (RORSAT, por sus siglas en inglés) durante la década de los setenta y ochenta.
"El más infame RORSAT fue el 'Cosmos 954', que estaba situado a 250 kilómetros de la Tierra, y que arrojó residuos radioactivos sobre Canadá en 1978, tras una pérdida de control después de un fallo en el funcionamiento del dispositivo. En cambio, el satélite 'Cosmos 1818' y su gemelo 'Cosmos 1867' operaban a 800 kilómetros, y no supusieron ninguna amenaza de entrada radioactiva al planeta", afirma la NASA.
Rusia: no hay de qué preocuparse
De acuerdo con los informes rusos, los reactores nucleares de los satélites 'Cosmos 1818' y 'Cosmos 1867' funcionaron alrededor de cinco y once meses respectivamente, y hasta el presente circulan por la órbita terrestre sin generar ningún tipo de amenaza radioactiva al planeta Tierra.
Los científicos han comprobado que el 'Cosmos 1818' empleaba aleaciones de sodio y potasio ('NaK') para refrigerar su reactor, al igual que los antiguos satélites RORSAT. Concretamente, éstas pueden presentarse en estado líquido a temperatura ambiente, siendo altamente reactivo con el aire y el agua. Por ello, debe manejarse con especial precaución, pues cantidades tan pequeñas como un gramo, pueden provocar riesgo de incendio o explosión.
Gran parte de estas sustancias contenidas en el 'Cosmos 1818' probablemente se mostraron en estado sólido en el momento de la generación de escombros. Sin embargo, algunas cantidades de NaK presentes en los tubos refrigerantes del radiador, podrían haber alcanzado un estado líquido temporal, especialmente cuando el aparato estaba expuesto directamente a los rayos solares.
Una brecha en uno de los tubos congelantes, por ejemplo debido a un estrés térmico en el aparato, pudo haber generado pequeñas partículas de sodio y potasio, con propiedades metálicas. Al mismo tiempo, el impacto de las partículas a gran velocidad pudo crear suficiente calor como para derretir algunas partículas de NaK, las cuales podrían haber formado a su vez esferas con estas propiedades.
Por el momento, se están llevando a cabo análisis adicionales de los escombros a la espera de que se revelen nuevos datos acerca de la naturaleza de estos objetos, y la posible causa de su origen. Hasta la fecha no se han observado producciones de escombros procedentes del 'Cosmos 1867'.
El aparato, bautizado como 'Cosmos 1818', fue descubierto en julio de 2008 al observar la nube de escombros que le rodeaba, y fue lanzado por la Unión Soviética en febrero de 1987 como el primero de dos vehículos diseñados para probar una nuevo suministro a partir de la energía nuclear en las zonas más bajas de la órbita terrestre. En la actualidad su reactor nuclear está inactivo.
Así, docenas de pequeñas partículas radioactivas se desprendieron del satélite al inicio del proceso de descomposición de la nave. El 'Cosmos 1818' y su gemela, 'Cosmos 1867', incorporaban un suministro de energía nuclear termoiónica (relativo a la emisión de los electrones provocada por el calor), a diferencia del dispositivo nuclear termoeléctrico, más sencillo, que proporcionaba energía a los satélites de 'Reconocimiento Oceánico por Radar' (RORSAT, por sus siglas en inglés) durante la década de los setenta y ochenta.
"El más infame RORSAT fue el 'Cosmos 954', que estaba situado a 250 kilómetros de la Tierra, y que arrojó residuos radioactivos sobre Canadá en 1978, tras una pérdida de control después de un fallo en el funcionamiento del dispositivo. En cambio, el satélite 'Cosmos 1818' y su gemelo 'Cosmos 1867' operaban a 800 kilómetros, y no supusieron ninguna amenaza de entrada radioactiva al planeta", afirma la NASA.
Rusia: no hay de qué preocuparse
De acuerdo con los informes rusos, los reactores nucleares de los satélites 'Cosmos 1818' y 'Cosmos 1867' funcionaron alrededor de cinco y once meses respectivamente, y hasta el presente circulan por la órbita terrestre sin generar ningún tipo de amenaza radioactiva al planeta Tierra.
Los científicos han comprobado que el 'Cosmos 1818' empleaba aleaciones de sodio y potasio ('NaK') para refrigerar su reactor, al igual que los antiguos satélites RORSAT. Concretamente, éstas pueden presentarse en estado líquido a temperatura ambiente, siendo altamente reactivo con el aire y el agua. Por ello, debe manejarse con especial precaución, pues cantidades tan pequeñas como un gramo, pueden provocar riesgo de incendio o explosión.
Gran parte de estas sustancias contenidas en el 'Cosmos 1818' probablemente se mostraron en estado sólido en el momento de la generación de escombros. Sin embargo, algunas cantidades de NaK presentes en los tubos refrigerantes del radiador, podrían haber alcanzado un estado líquido temporal, especialmente cuando el aparato estaba expuesto directamente a los rayos solares.
Una brecha en uno de los tubos congelantes, por ejemplo debido a un estrés térmico en el aparato, pudo haber generado pequeñas partículas de sodio y potasio, con propiedades metálicas. Al mismo tiempo, el impacto de las partículas a gran velocidad pudo crear suficiente calor como para derretir algunas partículas de NaK, las cuales podrían haber formado a su vez esferas con estas propiedades.
Por el momento, se están llevando a cabo análisis adicionales de los escombros a la espera de que se revelen nuevos datos acerca de la naturaleza de estos objetos, y la posible causa de su origen. Hasta la fecha no se han observado producciones de escombros procedentes del 'Cosmos 1867'.
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