Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico han conseguido crear pequeñas capas de diamantes a partir del tequila. Estas capas podrían tener diversas aplicaciones en el futuro: aunque no se pueden convertir en joyas, sí podrían sustituir al silicio de los chips de los ordenadores, ser detectores de radiación o recubrir herramientas de corte.
Según los investigadores, sería difícil obtener la cantidad suficiente como para fabricar un anillo, por ejemplo. A partir del tequila pueden formarse cristales, cada uno con miles y miles de átomos de carbón, pero de un tamaño muy pequeño.
Los científicos habían descubierto anteriormente que era posible hacer diamantes con líquidos, con una mezcla del 40% de etanol y 60% de agua. Básicamente, esta misma proporción es la que conforma el tequila, que ha sido la bebida usada para fabricar los diamantes.
Los experimentos realizados dieron resultados muy positivos. El proceso es complejo y requiere un manejo experto de la física y la química: cuando se evapora el tequila, el vapor que surge se arrastra hasta una cámara, donde se produce una reacción química que rompe las moléculas y hace que los átomos de carbón que aparecen se vayan depositando unos encima de otros sobre una base de acero inoxidable. Estos átomos forman la estructura del diamante.
La primera prueba exitosa se hizo con un tequila blanco de una marca común. El grupo analiza ahora el comportamiento de otros tipos de tequila más selectos, como los añejos, para determinar cuál es el que mejor se adapta a esta asombrosa transformación.
Los científicos habían descubierto anteriormente que era posible hacer diamantes con líquidos, con una mezcla del 40% de etanol y 60% de agua. Básicamente, esta misma proporción es la que conforma el tequila, que ha sido la bebida usada para fabricar los diamantes.
Los experimentos realizados dieron resultados muy positivos. El proceso es complejo y requiere un manejo experto de la física y la química: cuando se evapora el tequila, el vapor que surge se arrastra hasta una cámara, donde se produce una reacción química que rompe las moléculas y hace que los átomos de carbón que aparecen se vayan depositando unos encima de otros sobre una base de acero inoxidable. Estos átomos forman la estructura del diamante.
La primera prueba exitosa se hizo con un tequila blanco de una marca común. El grupo analiza ahora el comportamiento de otros tipos de tequila más selectos, como los añejos, para determinar cuál es el que mejor se adapta a esta asombrosa transformación.
2 comentarios:
what a waste of good tequila! *laughing*
yes,yes...guate aquí hay tomate...
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