miércoles, febrero 27, 2008

Inaugurada en el Ártico el Arca de Noé de las plantas


La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, en el Círculo Polar Ártico, ha quedado hoy oficialmente inaugurada en una ceremonia en la que se han depositado 100 millones de simientes que representan la colección esencial de la diversidad de semillas alimenticias que pueden encontrarse en todo el mundo.
El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, y la premio Nobel de la Paz 2004, la activista keniana Wangari Maathai, han sido los encargados de colocar en su interior las primeras semillas, variedades de arroz de 104 países.
Se trata de una iniciativa oficial del Gobierno de Noruega al servicio del planeta denominada Global Crop Diversity Trust (Alianza para la Diversidad Global de los Cultivos), que tiene capacidad para nada menos que 2.000 millones de semillas, equivalente a 4,5 millones de muestras.
Situada cerca de Longyearbyen, en una isla del archipiélago noruego de Svalbard, la bóveda bautizada como Fin del mundo o Arca de Noé ha sido excavada a 130 metros de profundidad en una montaña de piedra arenisca, impermeable a la actividad volcánica, los terremotos, la radiación y la crecida del nivel del mar.
La bóveda acogerá semillas de cerca de noventa cultivos como la alfalfa, espárrago, judía, cebada, albahaca, acelga, zanahoria, lenteja, tomate, cebolla, patata, guisante, espinaca, trigo y arroz. Se trata de variedades poco frecuentes o tipos tradicionales producidos en países en desarrollo, excluyendo árboles frutales y plantas medicinales, así como organismos genéticamente modificados.
Sólo en caso de que todas las fuentes de semillas de ese tipo hayan sido destruidas o se hayan agotado podrán ser extraídas del almacén, a no ser que los países donantes -que son los propietarios de las simientes- así lo requieran.
Bajo la tierra helada
La despensa consiste en un complejo de tres almacenamientos de alta seguridad situados al final de un túnel de 125 metros practicado en el interior de una montaña cerca de la localidad de Longyearbyen, en la isla de Spitsbergen, perteneciente al archipiélago de las Svalbard.
Las semillas van a ser conservadas a una temperatura de 18 grados bajo cero y empaquetadas en contenedores de aluminio de cuatro capas, que a su vez se meterán en cajas almacenadas en estantes.
Cada uno de estos almacenes está rodeado de terreno helado ártico, lo que asegura su conservación aunque se produjera un fallo en el suministro eléctrico, que sólo es necesario para iluminación.

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