domingo, diciembre 30, 2007

El asteroide 2007 WD5 lleva una trayectoria de probable impacto con Marte.





Presenciar en directo el choque de un asteroide contra Marte y analizar la formación de un gran cráter, un espectáculo fascinante desde un punto de vista científico, es a lo que aspiran astrónomos de todo el mundo el 30 de enero. Ese día, según ha anunciado la NASA, un pedrusco de 50 metros de diámetro que viaja a 40.000 kilómetros por hora pasará lo suficientemente cerca del planeta como para merecer un seguimiento especial. Con un poco de fortuna.La probabilidad de impacto parece remota, pues se ha estimado en una entre 75 (1,33%), pero es en realidad el mayor riesgo de los últimos años de que un objeto de dimensiones apreciables colisione con un planeta cercano y se pueda filmar, recuerda Salvador Ribas, investigador del Departamento de Astronomía de la Universitat de Barcelona (UB). Aunque todo son conjeturas, los más optimistas opinan que la hipo-tética colisión podría tener una fuerza similar al llamado evento de Tunguska, que en 1908 arrasó millones de árboles en varias decenas de kilómetros a la redonda en un paraje despoblado de Siberia. Claro está que en Marte no hay vida susceptible de ser arrasada.El asteroide, llamado 2007 WD5, fue descubierto el 20 de noviembre por el astrónomo Andrea Boattini con el telescopio de 1,5 metros del Catalina Sky Survey, en Tucson (Arizona, EEUU). Esta unidad científica, asociada al programa Spaceguard de la NASA, se dedica justamente a buscar en el espacio asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra. Con posterioridad, la ruta se pudo confirmar con otro telescopio en Nuevo México. Sin embargo, salvo la velocidad y el diámetro de 50 metros, que además es un cálculo impreciso, poco más se sabe del WD5.EN EL ECUADOREl asteroide no puede ser observado actualmente porque está demasiado cerca del resplandor de Luna, pero los científicos confían en que sí podrán afinar la trayectoria en los próximos días, escribe Steven Chesley, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. Si el WD5 llegara a impactar sobre Marte, lo haría en una zona cercana al ecuador, según muestran los cálculos preliminares, por lo que no hay peligro de que los dos robots de la NASA, el Opportunity y el Spirit, resulten dañados o les afecte el polvo del choque. Pese al pequeño tamaño del asteroide, el impacto formaría probablemente un cráter de un kilómetro de diámetro "debido a la gran velocidad del objeto y a que que la at-mósfera es mucho más débil que la nuestra", insiste Ribas.Ninguno de los dos robots tiene capacidad para observar el impacto o acudir al lugar con posterioridad, por lo que la esperanza son las naves que actualmente orbitan Marte, como las estadounidenses Mars Reconnaissance Orbiter y Mars Odyssey y la europea Mars Express. Guardando las distancias, el único precedente de colisión observada entre dos cuerpos del Sistema Solar aconteció en 1994 en Júpiter. En aquella ocasión no fue un asteroide, sino el cometa Shoemaker-Levy 9 --o, más exactamente, varios fragmentos-- el que se precipitó sobre el gigante gaseoso. La colisión permitió observar el surgimiento de grandes manchas oscuras en la atmósfera joviana. "Gracias al Hubble y otros telescopios --concluye Ribas--, lo pudimos ver en directo".

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