leyenda de un libro.

cuenta la leyenda que un libro tomó conciencia de sí mismo desde el momento que fue editado,se sentía especial, se sentía vivo, pero sobre todo se sentía capaz de conquistar el mundo y cambiar el rumbo de la historia, si tuviera rostro sonreiría de orgullo, pronto le llevaron a una casa en la que había una biblioteca y le dejaron en una estantería en la que había otros libros.
se acerca mi momento pensaba.
pasaban minutos, horas y días, no había cambios...sólo es tiempo...pronto.
Los días se sucedían y nada de nada .
Poco a poco empezó a preocuparse, las condiciones de vida empeoraban, se dió cuenta que sus compañeros que hasta entonces no se había dignado ni a hablar ni a mirar, eran sordos, mudos y ciegos, cada vez hacía más frio, nadie se acercaba a la habitación, y el polvo empezaba a hacer acto de presencia, todo se volvía más oscuro, más insano...una sustancia asquerosa y pegajosa fue llenado todo espacio ...las llamadas telarañas convirtieron el lugar en su reino, si hubiera tenido cabeza y brazos estaría abrumado y deprimido sobre una mesa sin ganas de mirarse al espejo...se sentía una nulidad...el tiempo avanzaba, grandes cambios se producían en el exterior, pero para él el tiempo todo se había detenido en un estado de coma profundo algo así como en un purgatorio de vacío existencial.
De repente un extraño ruido le llamó la atención, unos suaves pasos se aproximaron, y algo le alzó y le puso sobre una mesa, algo le abrió, y cual fue su sorpresa, cuando descubrió que no era nada más y menos que un gato...la revolución y conquista no se produjo por él ni su lectura, sino los gatos los grandes vigilantes de la humanidad habían evolucionado y habían salvado a la tierra de la destrucción por los continuos abusos del ser humano...ahora la especie dominante eran ellos.
Y fue el que lo empezó a leer,el que le hizo ver que la función de los libros es la de ser leidos y a su vez del lector de cuidarlos, amarlos y de aprender de ellos lo que se tenga que aprender, y el libro aprendió a amar todo lo que le rodeaba, y sobre todo supo que la existencia era un regalo por sí mismo.