viernes, noviembre 09, 2007

Adiós, Un arma diabólica para reprimir a los pueblos


El rayo atraviesa la ropa, pero no atraviesa ni la piedra ni el metal. Bloquearlo es más difícil de lo que usted pudiera imaginar. No basta con usar una camisa hecha con papel de aluminio –tendría que envolverse usted como un pavo para estar completamente protegido. Las personas que llevaron a cabo los experimentos descubrieron que aún cuando la zona expuesta fuese muy pequeña, esto era suficiente para provocar el efecto AdiósLa multitud se torna hostil. Los soldados se repliegan hacia el interior de un vehículo Hummer. De pronto, un dolor desesperante se apodera de toda la parte derecha de tu cuerpo. Sientes como si te hubiesen sumergido en lava fundida. Casi te desmayas de la conmoción y el dolor, en cambio, te tambaleas hacia atrás –y después comienzas a correr. Para tu sorpresa, todos los demás también están corriendo. En unos segundos, la calle queda completamente vacía.Acabas de ser atacado por un arma no letal cuyo uso ha sido aprobado en Irak –aunque sus detractores alegan que puede tener efectos impredecibles.Según los documentos obtenidos para Wired News , en virtud de las “leyes del gobierno federal a la luz del día”, el Sistema de Repulsión Activa (Active Denial System) de la Fuerza Aérea, o ADS por su sigla en inglés, ha sido certificado como seguro tras prolongadas pruebas realizadas por científicos militares en laboratorios y en maniobras militares.El ADS dispara un rayo de ondas milimétricas, cuya longitud de onda es mayor que la de los rayos X y menor que la de las microondas -94Ghz (=longitud de onda de 3mm) a diferencia de los 2.45 GHz (= longitud de onda de 12cm) de un horno de microondas común.Se piensa que las ondas más largas limitan los efectos de la radiación. El ejército ha dicho que el ADS, si se le utiliza correctamente, no produce efectos adversos duraderos.Los documentos adquiridos para Wired News en virtud de la Ley de Libertad de Información, establecen que la mayor parte de las radiaciones (83 por ciento) es absorbida instantáneamente por la capa superior de la piel, y la calienta rápidamente.El rayo produce lo que los experimentadores han dado en llamar el “efecto adiós”, o “una conducta pronta y altamente motivada hacia el escape”. En las pruebas practicadas en seres humanos, la mayoría de los individuos alcanzaron el umbral del dolor en un intervalo de 3 segundos, y ninguno de ellos pudo soportar más de 5 segundos.“Es algo que te hace retroceder”, dijo uno de los individuos. “Si eres atacado por el rayo, te tienes que alejar de él –de forma rápida y por reflejo. De seguro que usted no querrá experimentarlo de nuevo”.Pero si bien los individuos quizás sientan que han sufrido quemaduras graves, los documentos afirman que los efectos no son duraderos. A lo sumo, “algunos de los voluntarios que han soportado el calor pudieran experimentar un enrojecimiento prolongado de la piel o incluso pequeñas ampollas", según la conclusión a la cual llegaron los experimentos realizados por la Fuerza Aérea.Los informes describen una detallada serie de investigaciones que involucran a seres humanos.Los voluntarios eran militares, en activo, de la reserva, o retirados, que se ofrecieron voluntariamente para someterse a estos experimentos. No se les pagó por ello, pero estos individuos tendrán “el beneficio de conocer, de primera mano, que un sistema eficaz de armas no letales pudiera muy pronto formar parte del inventario”, se decía en uno de los informes. Las pruebas incluían desde una simple exposición a los efectos del rayo en un laboratorio, hasta maniobras militares más complejas que involucraban a cientos de participantes.El ejército simulaba situaciones en las cuales era necesario controlar a una multitud, y rescatar a los tripulantes de un helicóptero, en una situación parecida a la del filme Black Hawk Down y en medio de ataques urbanos. Las pruebas más inusuales incluían el empleo de alcohol, perros de ataque, y una carrera de obstáculos al estilo de un laberinto.En más de 10 000 individuos expuestos, hubo seis casos donde aparecieron ampollas y en un caso quemaduras de segundo grado como resultado de un accidente ocurrido en el laboratorio, según certifican los documentos.El ADS fue desarrollado en absoluto secreto durante 10 años a un costo de 40 millones de dólares. Su existencia fue dada a conocer en el año 2001 mediante varios informes de prensa, pero la mayoría de los detalles acerca de las pruebas del ADS en humanos siguen siendo secretos. No ha habido ninguna entidad independiente que haya verificado las aseveraciones hechas por el ejército.La tecnología del ADS se encuentra lista para ser desplegada, y el ejército solicitó el envío de vehículos Stryker equipados con el ADS hacia Irak el pasado año. Sin embargo, el ejército es bien consciente de que cualquier publicidad adversa pudiera poner fin al programa, y no quisiera correr el riesgo de que las víctimas, presas de consternación, se quejen de las maléficas armas nuevas ante las cámaras de la CNN.Ello pudiera provocar que se tengan que hacer nuevas rondas de pruebas con el ADS.Quizás las bombas de nueva fabricación puedan comenzar a utilizarse en cuestión de semanas, pero el proceso se torna más complejo en el caso de las armas no letales. Quizás transcurran años antes de que los debates concluyan y pueda utilizarse en combate la primera arma no letal de energía direccional.El desarrollo de un sistema no letal para controlar multitudes que sea verdaderamente seguro y altamente eficaz pudiera hacer que surjan grandes interrogantes desde el punto de vista ético respecto del uso, por parte del estado, de la fuerza coercitiva. Si existe un método como el ADS que no provoca heridas ni daños duraderos, puede que a las autoridades les sea más fácil justificar su uso.Históricamente, uno de los grandes problemas que suscita el uso de armas no letales es que pueden ser mal empleadas. Generalmente, las balas de goma son seguras cuando se les dispara al torso, pero los impactos en la cabeza pueden ser peligrosos, especialmente a quemarropa. Las pistolas Taser pueden ser peligrosas si se utilizan en individuos a los cuales se les ha aplicado previamente un aerosol de pimienta inflamable. Al calor del momento, los soldados o la policía pueden olvidarse del entrenamiento recibido en cuestiones de seguridad.Steve Wright, de Praxis, el Centro para el Estudio de la Información y la Tecnología en Tiempos de Paz, la Solución de Conflictos, y los Derechos Humanos, destacó que ha habido ocasiones en las que esto ha ocurrido. Cita el caso de los soldados británicos, que incrementaron el peso de las balas de goma en Irlanda del Norte.“Los soldados desacataron las normas para entablar combate, adulteraron las balas e insertaron baterías en su interior (para incrementar su peso), y las dispararon a una distancia menor que la permitida”, expresó Wright.Puede que también existan asuntos de carácter técnico. Wright cita un informe reciente sobre los aerosoles de gas CS, que confirma que dicho gas, cuando fue utilizado, resultó ser más peligroso de lo que se esperaba.“Nadie se había ocupado de verificar la forma en que el aerosol se comportaba realmente en la práctica, y éste resultó ser mucho más irritante de lo que se había calculado en las especificaciones de esta arma. Ello subraya la necesidad de realizar una verificación independiente de todas las especificaciones estipuladas por los fabricantes. En estos casos, la confidencialidad es la enemiga de la seguridad”.Los daños a la visión se identifican como la mayor preocupación, pero el ejército alega que este aspecto ha sido estudiado en detalle. Las pruebas de laboratorio revelaron que los individuos pestañeaban por reflejo o que se alejaban de la zona de exposición al transcurrir un cuarto de segundo, mucho antes de que la sensible córnea fuese dañada. Las pruebas en monos demostraron que las afectaciones causadas a la córnea sanan en un período de 24 horas, según aseveran los informes.“Fue necesario utilizar un espéculo para mantener los ojos abiertos y provocar este tipo de afectación, porque incluso bajo el efecto de la anestesia, los monos parpadeaban, protegiendo así la córnea”, según afirma el informe.El riesgo de cáncer también se menciona con frecuencia como algo relacionado con el sistema ADS, a pesar de la poca penetración de la radiación en la piel.Sin embargo, la Fuerza Aérea afirma categóricamente que tras años de estudio, no se ha podido demostrar que la exposición a las ondas milimétricas provoque cáncer. En algunas pruebas, algunas personas fueron expuestas a una dosis 20 veces por encima de la permitida, según las normas correspondientes relacionadas con el nivel de radiación en las Fuerzas Armadas. Las Fuerzas Armadas alegaron que dicha exposición estuvo justificada por la necesidad de demostrar la seguridad del sistema ADS.El rayo atraviesa la ropa, pero no atraviesa ni la piedra ni el metal. Bloquearlo es más difícil de lo que usted pudiera imaginar. No basta con usar una camisa hecha con papel de aluminio –tendría que envolverse usted como un pavo para estar completamente protegido. Las personas que llevaron a cabo los experimentos descubrieron que aún cuando la zona expuesta fuese muy pequeña, esto era suficiente para provocar el efecto Adiós, de modo que cualquier brecha invalidaría la protección. Tampoco daría resultado sostener una lámina de metal, a menos que ésta cubra todo su cuerpo y usted pueda poner a buen recaudo la punta de sus dedos.La ropa húmeda parecería ser una buena defensa, pero las pruebas realizadas demostraron que el contacto con la ropa húmeda en realidad intensificaba los efectos del rayo.El Sistema 1, el prototipo operativo, se monta sobre un vehículo Hummer y produce un rayo de dos metros de diámetro. El alcance efectivo es de al menos 500 metros, que es mayor que el de las balas de goma, los gases lacrimógenos o los chorros de agua. El suministro de municiones es de hecho ilimitado.Las pruebas realizadas por el ejército fueron más allá del ámbito de la seguridad, y sirvieron para explorar cuán bien el ADS trabaja en la práctica. En una maniobra militar, un grupo de asalto simuló un ataque a un edificio. El ADS fue utilizado para sacar a los civiles del campo de batalla y separar lo que el ejército llama “los turistas de los terroristas”.Se utilizó también en una simulación al estilo del filme Black Hawk Down, y en ejercicios navales, en los cuales se utilizó el ADS contra embarcaciones pequeñas.También pudiera utilizarse en el campo de batalla. En una de las maniobras, se desplegó el ADS para apoyar un ataque, eliminar el fuego enemigo e impedir un contraataque.“El ADS ejerce el mismo efecto no letal y persuasivo contra cualquier tipo de objetivo, independientemente de su tamaño, su edad y su género”, expresó el Capitán Jay Delarosa, vocero del Directotrio Conjunto de Armas No Letales, entidad que decide dónde y cómo pudiera ser desplegado el ADS.“Puede ser utilizado con el fin de impedirle a varios individuos o grupos la entrada a una zona determinada, controlar el acceso, evitar que uno o varios individuos lleven a cabo una actividad no deseada, y retrasar o interrumpir una actividad enemiga”.Los resultados concretos de las maniobras realizadas por el ejército son confidenciales, pero el Capitán Delarosa insiste en que el ADS ha demostrado ser “tan seguro como eficaz en todos estos ámbitos”.El ADS puede adoptar diferentes formas o tamaños. Al igual que el Sistema 1, se ha acoplado una versión más pequeña a un vehículo blindado Stryker –conjuntamente con otras armas letales y no letales- para las operaciones de seguridad en las zonas urbanas. La compañía Sandia Nacional Labs aspira tener una versión pequeña, montada sobre un trípode, para proteger las instalaciones nucleares, e incluso existe un ADS portátil. También existen versiones más grandes.“En las direcciones tecnológicas de varios Laboratorios de Investigación de la Fuerza Aérea se desarrollan las tecnologías claves que posibilitan la instalación de este dispositivo en una plataforma aerotransportada, como un C-130”, expresó Diana Loree, gerente de programa para el ADS Aerotransportado.El ADS Aerotransportado sustituiría el gran poder de fuego de la artillería de los AC-130 de las Fuerzas Especiales, que actualmente incluye un obús de 105 milímetros y ametralladoras Gatling de 25 mm. Estas cañoneras volantes usualmente hacen blanco en los objetivos que se encuentran a una distancia de dos millas o más, lo cual significa que se ha desarrollado un ADS mucho más potente que el Sistema 1 que ya se había creado. Pero los detalles acerca de los niveles exactos de potencia, el alcance y el diámetro del rayo son confidenciales.

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